02 mayo 2008

Un festival especial

Sobre cómo un festival de colegas se convirtió en el más admirado del mundo

My Bloody Valentine, el grupo que supo pintar de belleza el ruido, se reúnen y deciden qué grupos tocarán en la versión neoyorquina del All Tomorrow's Parties

  • Elena Cabrera, Madrid (Adn.es) | 24/04/2008 |

El festival indie por excelencia lleva el nombre de una canción de Velvet Underground. Se trata de una cita excepcional cuyas entradas no se venden por días sueltos e incluyen, inevitablemente, la estancia en un bungalow. Los tickets se agotan rápidamente y los periodistas no pueden acreditarse: todo el mundo está obligado a pagar.

Cada año los organizadores eligen a un grupo -o incluso a un dibujante como sucedió en 2003 con Matt Groening, el creador de Los Simpsons- para realizar la contratación artística. Y así, el visitantes descubre que la escena musical del momento vista desde la perspectiva de los músicos es muy diferente de la que tienen los promotores, atados a la demanda y guiandose por cifras de ventas o repercusión mediática.

Debido a los constantes cambios de la dirección artística, cada edición tiene un tinte diferente pues el cartel se pinta con los amigos, los favoritos o los vecinos del grupo que programa, como el año en el que Autechre (2003) invitó a Aphex Twin, LFO o Coil; Tortoise (2001) programó a Lambchop, Calexico o Yo La Tengo; y Mogwai (2000) se trajo a media ciudad de Glasgow como Delgados o Arab Trap, o a los muy similares musicalmente Godspeed You! Black Emperor.

Para todos aquellos a quienes la lectura de estos nombres les haya dejado tan frío como la frase Jian tian wan shang de piao you ma en chino pueden no estar interesados en este artículo, aunque entenderán uno de los motivos por los que suele ser emocionante un cartel del All Tomorrow's Parties: a un cualquiera se le puede decir que no pero, si tuvieras un grupo y tocaras sólo en circunstancias excepcionales, ¿serías capaz de decirle que no a tu colega si es él quien te lo pide? Muchos lo harían incluso gratis.

El esperado regreso de My Bloody Valentine

El festival que nació en Camber Sands (cerca de Londres, en el Reino Unido), se expandió hacia Estados Unidos en 2002, con una pata en Nueva York (la primera ocasión, capitaneada por Sonic Youth) y California en 2003. A España llegó en formato escenario dentro del festival Primavera Sound.

Este año, en septiembre y Nueva York, My Bloody Valentine serán las grandes estrellas, porque el grupo que creó el noise pop, abanderó el showgazer (guitarristas que tocan mirándose los zapatos o, en realidad, prestando atención a sus pedales de distorsión) y dio pie a todo el ruidismo posterior, tocará en Estados Unidos por primera vez en 16 años.

Y esto va a suceder en la edición neoyorquina del festival que, además, está programada por ellos. Los amigos que han invitado a su fiesta del mañana son los mencionados Mogwai, Polvo, Low o Shellac. Grandes nombres del rock más lento del mundo. Las entradas se ponen a la venta mañana, 25 de abril.

En España, primero

Antes de que los americanos se reencuentren con el grupo de Kevin Shields, España ya sabrá si la vuelta de los domadores de la distorsión ha merecido la pena, pues habrán tocado, en julio, en el Festival de Benicàssim así como en la cita del sábado de este mismo festival en Madrid. Benicàssim no es un festival extraño para Shields, pues en estos últimos años ha acudido en varias ocasiones como guitarrista en Primal Scream.

Antes de llegar a nuestro país el grupo habrá realizado nueve conciertos en Inglaterra (cinco de las noches, consecutivas en Londres), con todas las entradas ya agotadas, y dos festivales continentales, Roskilde (Dinamarca) y Zenith de Paris.

Volviendo a Nueva York, y siguiendo una costumbre instaurada por el propio All Tomorrow's Parties y copiada aquí y allá, algunos grupos interpretarán discos enteros, como es el caso de Built To Spill haciendo Perfect from now on, Meat Puppets con Meat Puppets II, Thurston Moore de Sonic Youth tocando su disco en solitario Psychic hearts y, la actuación más esperada de todas, por tratarse de un disco mítico, Tortoise con su Millions now living will never die, uno de los discos más emblemáticos del denominado post-rock.

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