Sábado, 28-03-09
Ramiro Osorio acaba de aterrizar en su nuevo despacho como director general de ARTeria. Todavía le quedan cajas por desembalar, que se mezclan con los paquetes que le llegan como responsable de su nuevo cometido. No se asusta ante el reto que acaba de asumir: llevar el timón de un ambicioso proyecto -con una envergadura similar a las infraestructuras culturales del Estado en el exterior-, promovido por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la Fundación Autor, que está en pleno proceso de construcción. La gestación del proyecto se remonta a principios de este milenio, «pero se ha materializado ya en algunos escenarios, como el teatro Metropolitan de Buenos Aires, que funciona desde hace tres años, o el edificio de Santiago de Compostela», indica Osorio.
Bajo el nombre de ARTeria, que dirigirá una fundación y en última instancia los propios creadores, se enmarca una incipiente red internacional de sedes artísticas y culturales -que acogerán todo tipo de disciplinas: teatro, danza, música, audiovisual-, con centros de educación y producción.
De momento son catorce multiespacios culturales, de los que cuatro están ya operativos y otros diez en fase de ejecución. La red pretende ser ante todo un puente entre España -con centros en Madrid, Valencia, Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria, Sevilla, Bilbao y Santiago de Compostela- e Iberoamérica -Buenos Aires y México-, pero también llegará a ciudades con importante población hispanohablante como Nueva York, «donde queremos crear un centro cultural que muestre la calidad y la innovación de la generación contemporánea de artistas de Iberoamérica, y que se convierta en una referencia en la ciudad».
En total esta red tendrá más de 160.000 metros cuadrados -entre aulas, salas polivalentes, plató de tv, oficinas, talleres...-, sin contar los que ocupará el edificio de la ciudad de los rascacielos -«es un proyecto que estamos negociando todavía»-, uno de los centros más ambiciosos de ARTeria junto a los de Valencia, Sevilla y Madrid.
Para la puesta a punto de todos ellos, que se espera estén funcionando a finales de 2011 -«esta año inauguraremos uno en Madrid, otro en Barcelona y otro en Bilbao», anuncia Osorio-, ARTeria cuenta con un presupuesto de «300 millones de dólares, aportados la mayor parte por la SGAE», y el resto por algunos socios que se han sumado a la aventura, «como la Generalitat Valenciana y la Escuela de Música Berklee, que participarán en la creación de la Torre de la Música», primera sucursal en Europa de la prestigiosa institución erradicada en Boston, que comenzará a funcionar a finales de 2011.
En la gestión y la política
Ramiro Osorio, cuyos inicios están marcados por la dirección teatral, ha compaginado a lo largo de su trayectoria profesional la gestión cultural con la política -ésta más por obligación que por devoción-. Responsable de poner en marcha el Ministerio de Cultura de Colombia, cuyo sillón ocupó en 1997, ha dirigido varios festivales como el Cervantino de Guanajuato o el de Teatro Iberoamericano de Bogotá. Director de las dos ediciones que duró el Festival Entre Culturas que se celebró en Sevilla entre 2005 y 2007 -«en cuyo marco presentamos en España a la Orquesta Infantil y Juvenil Simón Bolivar, dirigida por Gustavo Dudamel», indica con satisfacción-, en 2006 se instaló en Madrid para ocupar la Dirección de Cultura de la Secretaría General Iberoamericana, donde se pusieron en marcha iniciativas como Ibermedia e Iberescena. Toda esta experiencia le atribuyen méritos suficientes para conocer la realidad cultural iberoamericana y también española.
Diálogo entre artistas
ARTeria se levantará sobre cuatro valores fundamentales: «Diversidad, imaginación, calidad y creatividad», señala Osorio, para quien SGAE no es tan sólo una institución que se dedica a recaudar derechos de autor. «Es mucho más. Se ha comprometido seriamente en la formación y en la promoción del talento, y en su distribución. Y este proyecto permite desarrollar todas esas vocaciones que se han ido gestando a lo largo de los más de cien años que tiene de vida la entidad, y que en la actualidad cuenta con más de 90.000 socios, una buena parte de ellos de Iberoamérica».
Uno de los objetivos de ARTeria es construir un puente cultural «que haga posible el diálogo entre los artistas de un lado y del otro, que se traduce en coproducciones, en movilidad, en formación... Eso es, en definitiva, ARTeria: una red de espacios que desarrollará todo eso».
A pesar del alto presupuesto que se invertirá en él, Osorio subraya que no se trata de un proyecto empresarial, sino que «está montado en una lógica de negocio de carácter social, pues la SGAE no fue creada con ánimo de lucro. ARTeria no es una empresa pura y dura pero no tiene ánimo de pérdida, ni económica ni cultural. Tiene que tener una recuperación social -subraya-. Todo lo que se gane en estos espacios se reinvertirá». En ellos tendrán prioridad evidentemente los socios y autores de la SGAE, pero también tendrán cabida otras iniciativas a través de la comercialización de los espacios.
Al director general de ARTeria no le asusta la palabra crisis y cómo ésta puede afectar la culminación de ARTeria. «A mí me ha tocado crear un ministerio con pocos recursos. En Iberoamérica se convive con ella de manera habitual -bromea- . Lo que está en marcha está cumpliendo los tiempos previstos -asegura-, pero obviamente una crisis como ésta implica que nos replanteemos un reajuste muy severo de los gastos y revisar los procesos económicos. La idea es que no tengamos que retrasar nada y que aprovechemos esta circunstancia como un espacio de oportunidades. Si somos capaces de crear una nueva metodología de gestión, habremos encontrado la manera de hacer con muy poco muchas cosas. Hacer complejos culturales muy eficientes, con equipos de personas muy pequeños pero muy cualificados».
Espacios multifuncionales
Todo los espacios contendrán los elementos necesarios para su sostenibilidad, «que no sólo una sala de teatro puede aportar», por lo que se ofrecerá en ellos otros servicios, como restaurantes y tiendas, en las que se tendrá acceso a las creaciones de los autores, publicaciones y grabaciones gracias a la ediciones del sello Autor, también de la SGAE.
«Cada uno de los espacios tiene un modelo y se convertirán en un detonador del desarrollo cultural del país o la ciudad en la que se encuentren». En el caso del teatro de Sevilla, que tendrá un aforo de hasta 3.500 personas y que contará incluso con plató de televisión, éste se convertirá en el centro «de las nuevas tendencias escénicas»; mientras que el Palacio del Infante Don Luis, en Boadilla del Monte (Madrid), y donde se instalará la Fundación Autor y el Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), será esencialmente «un espacio de encuentro y convivencia entre artistas de diversos países».
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