09 septiembre 2009

Teatro, puro teatro

España copia a Broadway

Los productores del teatro privado adoptan el modelo de inversión y promoción anglosajón. La nueva temporada teatral se llena de comedias, autores populares como Woody Allen y Rafael Azcona y actores muy conocidos por el público

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PAULA CORROTO - MADRID - 09/09/2009 08:00


La comedia Sexos se estrena este jueves en el Teatro La Latina de Madrid - PAULA CORROTO

"Esto es un negocio y hay que empezar a desmitificar eso de que el teatro se hace de forma artesanal. Nosotros somos una empresa privada al cien por cien por lo que buscamos beneficios". Carlos Lorenzo, 30 años, y productor teatral forma parte de la nueva generación que comienza a tomar las riendas del teatro privado en España. Afincado en Nueva York y conocedor del modelo de producción de Broadway y el West End londinense las cunas de la escena comercial sabe bien de qué va el juego: "Tenemos que empezar a darnos cuenta de que esto no se trata de una reunión de amigos. El teatro debe tener una estrategia empresarial".

Esta tendencia, que ya se entreveía en las últimas temporadas, ha explotado en Madrid y Barcelona en los últimos diez días. Las marquesinas publicitarias se han llenado de actores conocidísimos, comedias frescas y un diseño moderno. El packaging el envoltorio de la obra también se cuida al máximo.

Carlos Lorenzo es el productor de Adulterios, la obra basada en el texto de Woody Allen que dirige Verónica Forqué y que desde finales de agosto protagonizan María Barranco y Miriam Díaz-Aroca en el Teatro Maravillas de Madrid. Llevan tres semanas con lleno absoluto.

"Es evidente que detrás de esa obra existe todo un plan de negocio que nos asegure un porcentaje de éxito. En este caso teníamos un autor, una directora y dos actrices conocidísimas", explica Lorenzo. Una bolsa suficiente para poder convencer a los patrocinadores de que inviertan en el "producto, porque quien piense otra cosa está muy equivocado", apunta Lorenzo.

"Es evidente que detrás de esa obra existe todo un plan de negocio que nos asegure un porcentaje de éxito"

Este nuevo concepto de la producción va acompañado también de un aumento en la inversión, sobre todo en lo que se refiere a la promoción y comunicación de la obra. Jesús Cimarro, productor de las recientes Sexos y Mujer busca hombre que aún no existe, y presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, reconoce que los gastos en los lanzamientos de las obras "han aumentado hasta en un 50%". Según los datos que aporta Cimarro, la promoción de una obra de formato medio está hoy entre los 60.000 y los 100.000 euros. El coste total puede llegar a los 200.000 euros. La mitad se lo lleva la comunicación.

Las técnicas publicitarias procedentes del mercado anglosajón también se han instalado en la industria teatral española. Así lo reconoce Nico García, gerente de la agencia de comunicación Publiescena: "Yo ya no hago ruedas de prensa porque creo que han muerto. Es mucho mejor organizar una ronda de entrevistas porque así al menos te aseguras media página en un periódico. Si haces una rueda, te puede fallar hasta el 80% de los medios".

Hacia la concentración

Otra de las tendencias del nuevo enfoque es que la cadena del negocio teatral tiende cada vez más hacia la concentración. Es decir, el productor es a su vez distribuidor y exhibidor. Esta figura está perfectamente personificada en Jesús Cimarro, dueño de la productora y distribuidora Pentación y del Teatro Bellas Artes de Madrid. "Es que si quiero conseguir beneficios tengo que conseguir una estructura empresarial". El año pasado ya lo consiguió con Mentiras, incienso y mirra, que recaudó en ocho meses 1.200.000 euros.

Este planteamiento del teatro como negocio provoca el manido debate: ¿Baja la calidad? Julio Seoane, productor de El Pisito, la obra de Rafael Azcona que se estrenó ayer con Pepe Viyuela y Teté Delgado, lo tiene muy claro: "El término comercial no es peyorativo. Cuando produje Medea con Núria Espert dirigida por Michael Cacoyannis, un periodista me preguntó que por qué no hacía teatro comercial y yo le respondí que Eurípides es lo más comercial que hay".

Un teatro sin riesgos

Sin embargo, Manuel Llanes, director del Teatro Central de Sevilla, de financiación pública, sí reconoce que "el teatro privado en España es poco arriesgado. Nosotros debemos dar servicio público, pero ¿por qué en un teatro francés privado pueden programar a Rodrigo García y en España no? Los únicos privados que arriesgan en España son las salas alternativas". Con el detrimento de ser espacios más pequeños y con peores prestaciones.

Otra queja al nuevo modelo procede de las compañías estables como la valenciana LOm Imprebís. Su director, Santiago Sánchez, que estrena Calígula en el Lope de Vega de Sevilla este jueves apunta que "estas megaproducciones se están cargando la personalidad del teatro. Si Calígula tiene éxito, será un éxito de los artesanos. Lo que pasa es que ya no somos creadores, sino productores y no se hacen obras, sino productos". Para otros, es evidente que el término artesano ha pasado a mejor vida.

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