ENTREVISTA: SOULEYMANE CISSÉ Director de cine
"Suavizo la verdad para avanzar"
GREGORIO BELINCHÓN - Granada - 16/06/2009
Si parece una odisea sacar adelante una película más allá de las fronteras del imperio de Hollywood, si un director europeo sufre para filmar sus historias, ¿cómo será para alguien de Malí? Duro, muy duro. Souleymane Cissé ha sobrevivido a todo tipo de vicisitudes, a la estancia en prisión por luchar por la libertad de expresión, a gente que le dijo que era imposible hacer cine en su país.
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A sus 69 años, el cineasta de Bamako es el creador más importante del África subsahariana. Ganador en 1987 del Premio Especial del Jurado de Cannes con su tercer filme, La luz, este año el festival francés proyectó su sexto trabajo, Dime quién eres, en homenaje a este héroe del celuloide: Cissé es el presidente fundador de la Unión de Creadores y Empresarios del Cine y del Audiovisual de África del Oeste (UCECAO, en sus siglas en francés), una asociación que lucha por crear algo de industria en esa zona de África.
Fuera del cine del Magreb, de la industria de Nigeria -el llamado Nollywood- y de Suráfrica, sólo hay un nombre: Cissé. Y a él no le gusta estar solo. "He trabajado en la UCECAO con mucho gusto, pero me comía mi tiempo como artista. Por eso hace dos años dimití de su dirección. Creo que ahora puedo aportar mucho más como realizador. Pero el objetivo de la organización sigue siendo fundamental: promover el diálogo entre los políticos y el cine, que asuman los sentimientos del séptimo arte. Sin embargo, la lucha es larga y se necesita sangre joven". Cissé huye de la caridad y la benevolencia occidental. "No soy un utópico, porque soy consciente de que dejo huella. Si no me comprometo, ¿quién lo va a hacer? Un distribuidor europeo me dijo: 'Si usted no construye salas de cine en su país, nadie lo va a hacer por usted'. Y llevaba razón. No podemos estar esperando a que nos salve la gente de fuera. A veces es cierto que minimizo la dureza de las cosas para sacar adelante los proyectos. Digamos que suavizo la verdad para avanzar". El cineasta asegura que ya ha llegado el momento de una charla de igual a igual entre gobiernos europeos y africanos por la cultura audiovisual. "Aquí en España tienen cuotas de pantalla. Pues intercambiemos películas. Que en Malí se vea cine español y aquí, africano. Esta apertura también ayudaría a otros problemas, como la inmigración: un mejor conocimiento de las realidades culturales llevará a un mejor conocimiento de las realidades sociales". Por eso está estos días en Granada, en el Festival de Cines del Sur, donde se pueden ver películas de todo el mundo "y amplificar la señal de UCECAO".
Cissé tuvo clara su profesión desde el final de su adolescencia, cuando montó un videoclub en Bamako, y se acentuó tras estudiar cine siete años en Moscú. Comenzó con documentales, algunos subvencionados por el Ministerio de Información de su país, y su carrera ha sido una brega constante por su obra. "Jamás he dudado. Hacer cine en nuestros países es mirar hacia el futuro. Estoy convencido de que va a haber un cambio, aunque tal vez no tenga la suerte de verlo. De aquel joven que fue a Moscú aún queda la convicción". En su obra reflexiona sobre la armonía con la naturaleza, un tiempo circular -muy diferente al tiempo occidental-, siempre detrás de historias de la vida diaria que enganchan al público. Y el resultado es universal.
Sin rasgarse las vestiduras, pero siendo muy consciente de dónde ha nacido, Cissé piensa qué hubiera pasado si hubiese nacido en Europa: "Llevo 35 años de carrera profesional y sólo he hecho seis películas. En otro continente, hubiera hecho 25 filmes. El cine no pertenece a la cultura africana, es obvio, pero después de todas estas décadas hoy nadie puede decir que un africano no puede filmar una película. No tenemos las políticas, es cierto, pero ya rodamos". ¿No merece la pena acabar con otras penurias más que producir cine? "El desarrollo cultural es prioritario, porque antes de comer hay que enseñar a sembrar. No queremos limosnas. En Malí tenemos una increíble cultura musical y teatral, y sin embargo pasamos hambre. No hemos sido capaces de entrelazar el desarrollo social, educativo y cultural. La cultura provoca orgullo, y de ahí saldrán sociedades fuertes y desarrolladas. No queremos caridad europea ni que Cannes nos trate con benevolencia, sino que escojan nuestras películas sólo porque son buenas".
Martin Scorsese le ha enrolado en su World Cinema Foundation dedicada a la preservación del cine. "Martin me invitó a Los Ángeles a conocer a personas clave. Un productor me confesó su admiración porque con pocos medios hacíamos grandes películas, y ellos de 100 filmes sólo estrenan un par decentes. Pero no envidio su dinero: cada creador debe buscar su financiación. Mi papel en la WCF es apoyar su labor y aconsejar sobre las posibles películas que merecen la pena restaurar". Cissé prosigue infatigable en todos sus frentes."Sólo he hecho seis películas. En otro continente habría hecho 25"
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