Banksy la monta en Bristol
El grafitero prepara en su ciudad natal la mayor retrospectiva de su trabajo, sin que nadie le haya visto
En el fondo, debe ser un sentimental. El artista grafitero Banksy ha montado una exposición con un centenar de obras (pinturas y esculturas), en el histórico edificio barroco del Museo Local de Bristol, en el suroeste de Inglaterra, la ciudad donde se dio a conocer en la década de los ochenta y en la que tiene la mayor ficha policial por los murales callejeros pintados fuera de la ley.
Ahora sus obras se cotizan en el mercado del arte y está reconocido internacionalmente. Sus agentes él continúa manteniendo en secreto su identidad ofrecieron el año pasado al museo esta muestra. La condición para hacerla era que todo debía hacerse en secreto, sin desvelar nada hasta el día en que se abriese al público, el pasado viernes. Durará hasta el próximo 31 de agosto.
Simon Cook, consejero de Cultura del Ayuntamiento de Bristol, cuenta a Público que "en dos días se ha montado todo y sólo lo sabían dos personas del museo; el resto creímos que el centro estaba cerrado para filmar. Ha sido una sorpresa para todos".
Siempre incisivo
Las originales e ingeniosas obras de Banksy se reparten por todo el edificio barroco de piedra grisácea, junto a piezas de arte tradicional. Si el artista conceptual Jeff Koons colocó sus coloridos globos en los majestuosos salones del Palacio de Versalles, ¿por qué Banksy no puede presentar sus retos artísticos en el mayor museo de su ciudad?
Hay en la muestra pinturas agudas e imaginativas, con mensajes de contenido político sobre la paz, la guerra, la libertad, los derechos individuales o los presos de Guantánamo.
Banksy juega con los contrastes y la contraposición de imágenes como, por ejemplo, un paisaje idílico de arte romántico alterado por un elemento urbano y callejero como una cámara de vigilancia o un letrero de "prohibido el paso".
Según la ficha de la Policía de Bristol, el grafitero tiene 35 años, se llama Robert Banks y nació en Bristol. Cook asegura que "ha estado en el museo, pero nadie lo ha visto o, mejor dicho, nadie lo conoce".
La corporación municipal, en boca del consejero, explica que es "una exposición retrospectiva que abarca toda su carrera: desde trabajos de los ochenta, que hacía en Bristol huyendo de la Policía, hasta cuadros recientes".
Unas 75 obras, del centenar que forman la muestra, son pinturas sobre tela que cuelgan por las paredes del museo. El consistorio ha calculado que unas 100.000 personas visitarán el museo mientras Bansky sea el artista invitado, aunque podría tratarse de una cifra conservadora.
Además de las pinturas, Banksy ha llevado algunas de sus esculturas, como la serie de jaulas con animales dentro, y ha utilizado también las piezas del museo para alterarlas. De este modo, la estatua de un león de piedra al estilo tradicional se ha convertido en un mago al añadirle una varita mágica, la capa y el sombrero de copa.
Su serie de animatronics o robots tiene también presencia en la exposición. La entrada principal al museo ya avisa de que esta vez no es arte convencional lo que se enseña. En medio del patio-claustro de entrada, hay una camioneta de venta de helados pintada, junto a un animatronic o policía, en cuya placa identificadora dice "Metropolitan Peacee_SDRq en lugar de "Metropolitan Police". El pesado robot está montado en un frágil caballito de feria.
Mirar a fondo
El visitante tendrá que mirar con ahínco porque algunas obras de Banksy andan camufladas entre Picassos, objetos de historia natural o la sección dedicada a historia de la ciudad. El camuflaje es la especialidad del artista que, en muchas ocasiones, se ha colado en museos para ridiculizarlos. Hace cuatro años colocó, en una sala de arqueología del Museo Británico, una piedra con el dibujo de un hombre primitivo empujando un carrito de supermercado (El hombre de Pe-ckham). Las autoridades del Museo no se dieron cuenta hasta que Banksy avisó a través de su web. El artista debió reír a carcajada limpia.
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