El gurú del 'software' libre se opone a una reducción del copyright
Richard Stallman considera que la reforma de los derechos de autor propuesta por el Partido Pirata sueco va en contra del 'copyleft'
ÁLVARO Á. RICCIARDELLI - Madrid - 29/07/2009
Internet y su capacidad de copia y distribución masiva de todo tipo de contenidos ha revolucionado el mundo del copyright. El Partido Pirata Sueco, a favor del libre intercambio de información sin restricciones en la red, propone un recorte de los derechos de autor; en concreto, que sólo duren 5 años. Aparte de las obvias reservas por parte de la industria del entretenimiento, la medida cuenta ahora con un opositor inesperado: Richard Stallman, gurú del software libre y creador de las licencias copyleft.
En un comunicado hecho público la semana pasada, Stallman asegura que una reforma de este tipo podría hacer mucho daño al mundo del software libre. En concreto afirma que favorecería a los creadores de software privativo (aquel comercial y cerrado) permitiéndoles usar los programas abiertos bajo licencia copyleft, ya que con la medida propuesta por el Partido Pirata ésta también quedaría obsoleta.
Las licencias copyleft como Creative Commons o GPL (General Public License) se oponen a los derechos de autor tradicionales, limitados al creador. Estas nuevas licencias proponen que las obras pertenezcan también al usuario, que es libre de modificar y redistribuir sin ningún coste; eso sí, debe publicar el resultado bajo las mismas condiciones. El copyleft por tanto requiere un compromiso, el compromiso de publicar bajo una licencia libre que impida a los creadores de programas lucrarse con trabajos de otros. Si el copyright dura 5 años y luego llega el dominio público, nada impide a los desarrolladores usar entonces código sin derechos para publicar programas comerciales; el copyleft sí que lo prohíbe.
El Partido Pirata sueco propone limitar el copyright a 5 años y después que todo sea de dominio público. Según la propuesta cualquier obra comercial podrá ser explotada por su autor únicamente durante un lustro; actualmente la mayor parte de países contemplan un periodo que aglutina la vida del autor más 50 o 70 años, dependiendo del caso.
Stallman asegura que la propuesta provocará que el mundo de "lo libre se quede con lo malo pero no con lo bueno", y explica que, después de transcurridos los 5 años, los desarrolladores de software privativo podrán utilizar el software libre sin tener en cuenta la licencia copyleft. Pero la vía es de un sólo sentido, ya que los responsables de programas cerrados que pasen a dominio público no estarán obligados a publicar el código de sus creaciones.
Desde el Partido Pirata señalan que esto es un riesgo asumible, y que su propuesta tiene un alcance mucho mayor. "Hemos hablado con el señor Stallman y hay mucha gente en el partido que le apoya, pero por ahora nuestra postura oficial es que seguimos proponiendo la existencia de un copyright de 5 años", afirma Amelia Andersdotter, miembro del partido.
Una de las soluciones que propone Stallman es que éste funcione como una excepción, y que la licencia dure 10 en vez de 5 años, por ejemplo. "Cinco años es mucho tiempo en el mundo del software, y desde el partido no vemos con buenos ojos la existencia de excepciones en un caso tan importante; los beneficios de un mundo sin copyright son demasiado grandes como para tener en cuenta el copyleft", señala Andersdotter.
Copias para todos
Richard Stallman cuenta que la idea del copyleft se le ocurrió de la siguiente manera: En los tiempos en los que los programas se pasaban de un usuario a otro a través de enormes discos blandos, el software (entonces líneas y líneas de código que realizaban tareas poco más complejas que las que hace una calculadora) no pertenecía a nadie. Los números iban de un ordenador a otro, eran modificados por cualquiera y a nadie se le ocurría cobrar por ellos. Pero entonces Stallman prestó uno de estos discos a una compañía, y cuando se lo devolvieron, modificado, pretendieron cobrarle por él. Indignado, Stallman ideó la licencia copyleft: cualquiera que publicase bajo esta licencia se comprometía a no guardar ningún secreto de su programa, y a no cobrar por él. La licencia copyleft nació como una reacción al copyright y con una idea simple, permitir compartir sin reservas y evitar que nadie pudiera aprovecharse del trabajo de los demás para hacer negocio.
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