06 agosto 2009

Yo si soy punk

La época en la que el odio se hizo música

Se edita por primera vez en español 'England draming', la biblia del punk y crónica de uno de los fenómenos culturales más contradictorios y decisivos de los últimos 50 años

Portada de 'London Calling' de The Clash.
JESÚS MIGUEL MARCOS - Madrid - 16/06/2009 07:20 (EL Público)

Construir, en casi todos los contextos, implica destruir. Lo nuevo implica acabar con lo viejo, lo anquilosado. Pero también necesita una alternativa: arrancar las malas hierbas no va a hacer que crezcan otras buenas. ¿O sí? El punk llevó a tal extremo su condición destructiva que falleció en el útero: el bebé nació muerto, pero aquí lo importante es que nació. Porque hay quien piensa que el disco de referencia del punk, Never mind the bollocks, publicado a finales de 1977 por Sex Pistols, ya no es punk. Sonaba demasiado bien.

El punk duró poco, pero lo cambió casi todo. Jon Savage, autor de England's dreaming (Mondadori) -la biblia del punk, que acaba de ser editada por primera vez en español-, dice que el movimiento murió a principios de 1978, justo cuando empezaba para el resto del mundo. El cadáver del punk fue su extraordinario legado, todavía dando tumbos, probablemente lo más sustancial de una corriente nacida para devorarse a sí misma.

Savage necesita 800 páginas para abordar uno de los fenómenos culturales -porque va mucho más allá de lo musical- más contradictorios de la historia reciente. El rastro de su contundencia sonora y su rechazo a la sociedad conservadora se aprecia en el hard-core americano de mediados de los ochenta. Pero también, llevándolo a un extremo, no es descabellado pensar que el punk y Operación Triunfo comparten cierta filosofía: "Cualquiera puede subirse a un escenario y convertirse en una estrella". No es de extrañar, por tanto, que Savage necesite casi 1.000 páginas para analizar el fenómeno.

El punk es uno de los fenómenos culturales más contradictorios

La principal contradicción del punk es que una filosofía tan destructiva, que directamente negaba el futuro y rechazaba todo orden establecido, renovara el rock y fundamentara algunos de los principales estilos musicales de vanguardia de los siguientes 30 años. Quizás el secreto estaba en su apertura e indefinición, como apunta Savage: "La ausencia de una ideología definida fue muy criticada, pero, de la misma manera que el punk tuvo su máxima fuerza cuando era imposible de definir, esto no es una debilidad, sino una fuente de poder".

Sex Pistols encarnaron como ningún otro grupo las ideas del punk y, sobre todo, sus paradojas. Criticaban la hipocresía de la sociedad de consumo ("Que no te digan lo que quieres, / que no te digan lo que necesitas", canta Johnny Rotten en God save the queen), pero ellos mismos eran un grupo prefabricado por Malcolm McLaren, un avispado empresario que pretendía utilizar a la banda como reclamo para vender ropa en su tienda londinense Sex. Por un lado, Rotten decía que "se lo quería cargar todo", pero por el otro firmaba un contrato con la multinacional EMI.

Atraídos por lo vulnerable

Se trataba, en el fondo, de provocar, de escapar de lo establecido, de ser diferente. McLaren encontró en Johnny Rotten al espécimen que le haría vender pantalones. Vio en él el odio y la frustración del inadaptado con el que se identificarían miles de jóvenes del Reino Unido. Le puso una banda detrás, le dio un micrófono y le dejó hacer. "Tan pronto como me di cuenta de cuánto le aterrorizaba estar en un grupo, de tener que presentarse al público, supe que tenía una estrella. Sabía que la gente vería en él esa vulnerabilidad y se sentiría atraída. Y así fue", dice McLaren en un pasaje del libro.

Sex Pistols encarnan las ideas del punk y, sobre todo, sus paradojas

Con Sex Pistols, la acción llegaba primero; el pensamiento, después. McLaren había viajado en numerosas ocasiones a Nueva York en los años previos y conocía a Ramones y a Television, bandas que inspiraron a su grupo prefabricado. Pero los Sex Pistols se le irían de las manos. "Adquirieron vida propia", dijo. Durante el año 1976, tocando por toda Inglaterra con conciertos que conseguía McLaren mediante engaños, los Sex Pistols anunciaban una especie de llegada del día de juicio final para el rock. Y no estaba lejos. "Nos llevaban una delantera de años luz", dijo Joe Strummer, de The Clash, la primera vez que los vio. Y no hacía ni unos meses que Johnny Rotten había cogido por primera vez un micrófono.

¿Qué es triunfar?

Los perdedores podían convertirse en ganadores; los marginados y los excluidos podían ser el centro de atención. Pero esa tendencia a la autodestrucción del punk llegaba al punto de convertir en fracaso cualquier tipo de victoria. Triunfar, en el fondo, era fracasar. "Tener éxito en términos convencionales significaba que según tu propia valoración habías fracasado; fracasar significaba que habías alcanzado el éxito", escribe Savage.

A partir de 1978, decenas de bandas inundan el panorama musical: Talking Heads, Suicide, Gang of Four, Devo, Joy Division. Sus estilos son variopintos, pero de una u otra manera son parte de la onda expansiva generada por la explosión del punk. Justo en ese instante termina la crónica de England's dreaming. El resto es historia.

Seis vocablos para intentar entender un género musical contradictorio

FRUSTRACIÓN
El punk nace de la frustración anquilosada en el corazón de una generación de jóvenes que se siente marginada por la sociedad. Tanto Johnny Rotten como Sid Vicious procedían de familias desestructuradas de las clases más bajas de la sociedad. Sufrieron infancias duras y amargas.

ARROGANCIA
Imperaba una sinceridad radical y se decía lo que uno pensaba sin tener en cuenta al que estaba delante. Uno de los eslóganes del punk fue ‘No feelings’ (Sin sentimientos). Los grupos no esperaban el aplauso. Daba igual lo que pensara la audiencia, lo importante era hacer lo que uno quisiera.

AMATEURISMO
Hay una reacción contra el virtuosismo, que ha convertido el rock en algo frío y en exceso intelectualizado. Se rechaza el rock progresivo y se ensalza lo ruidoso. La ideología del punk propugna que cualquiera puede subirse a un escenario, aunque desafine o meta ruido.

INDEPENDENCIA
La filosofía del ‘Hazlo tú mismo’ nace con el punk. No es necesario esperar que nadie te haga un contrato para subirte a un escenario. Junto a las bandas, comienzan a aparecer fanzines que funcionan como medios alternativos. Precisamente, el término punk salió del nombre de uno de estos fanzines.

RUIDO
La violencia en la actitud se trasladaba al sonido. Johnny Rotten llegó a afirmar que cantaba todo el odio que tenía dentro. Daba igual si sonaba bien o mal, lo importante era que sonara a todo volumen.

NIHILISMO
“No hay futuro”, “Sin sentimientos”, “Sin diversión”. El punk no cree en nada ni espera nada. Es una rotunda negación que, curiosamente, terminaría abriendo numerosos caminos creativos.

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