'V', una invasión editorial
La rompedora revista elige España como primera parada de su expansión
EUGENIA DE LA TORRIENTE - Madrid - 19/04/2009
El espíritu desafiante de la revista V se percibe, incluso, con los ojos cerrados. Su voluntad temeraria está ya en el tamaño: grueso papel satinado de 34 centímetros de alto por más de 25 de ancho. El gran formato ya era una declaración de intenciones en el Nueva York de 1999 en que nació, pero adquiere monumentales proporciones en la Barcelona de 2009, cuando verá la luz su edición española. En septiembre se publicará el primer número de V Spain, la primera versión no estadounidense de esta cabecera bimensual de moda y tendencias que distribuye 100.000 ejemplares y cuenta con 25.000 suscriptores digitales.
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El talante aventurero preside una operación que desafía la lógica
La otra gran peculiaridad de la revista está en su origen: un colectivo vanguardista e independiente que desde hace 18 años edita Visionaire, inclasificable publicación a medio camino entre el libro y el objeto, sin periodicidad fija, en la que participa lo más granado de la cultura contemporánea, de Sophie Calle a Kurt Vonnegut. Stephen Gan, responsable de la revista y también director de arte en Harper's Bazaar, el maquillador James Kaliardos y la ex modelo Cecilia Dean son los padres de una criatura que prepara su desembarco en España con una tirada prevista de 40.000 ejemplares. Su perfil explica la apabullante cartera de colaboradores fotográficos que exhibe V, de Mario Testino a Bruce Webber, pasando por Karl Lagerfeld o Steven Meisel, que aprecian la libertad creativa que la revista les brinda.
El talante aventurero preside una operación que desafía la lógica al elegir el maltrecho y competitivo mercado editorial español como primera parada de la expansión de una revista de referencia en el circo internacional de la moda que aquí costará 5 euros. "Económicamente la sugerencia obvia era una edición china o rusa", explica Gan. "Pero siempre me rijo por el instinto. Amo España y viajo muy a menudo a Barcelona e Ibiza. Cuando recibí una propuesta de aquí, me decidí a intentarlo. No es un momento para hacer las cosas basándose sólo en razones financieras, porque si así fuera no harías nada. Es un momento para creer en lo que haces".
Una política visceral que explica también la elección de Edit, una pequeña compañía barcelonesa de publicaciones de alta relojería, como insólito compañero de viaje. Creada hace dos años y medio por Diego Flores, entonces un emprendedor de 28 años sin experiencia editorial, tiene como buque insignia la revista especializada En Hora. "Nunca me planteé quién era el mejor socio para un proyecto así", dice Gan. "Toda mi vida he hecho las cosas de forma independiente y somos una de las pocas revistas indies que hay. Empecé con 600 dólares de mi propio dinero y me gusta la idea de asociarme con alguien con una historia parecida".
La falta de experiencia del editor no está reñida con la ambición. Diego Flores ha firmado un contrato por 10 años, quiere que V Spain alcance una posición de liderazgo y aspira a lanzarse al mercado latinoamericano y al masculino en un plazo de dos a cinco años. "Cuando empecé no sabía nada de revistas ni de relojes", confiesa. "Me plantee qué hacer con mi vida. Me fijé en quién llevaba una vida que me gustara y dije ¿por qué no ser editor? Conoces a gente, es enriquecedor... Vi un hueco y me lancé. Todo el mundo me dijo que estaba loco, pero me ha salido bien: revolucioné el mercado y las cifras de negocio son estupendas. Quiero hacer lo mismo ahora: entrar en un sector nuevo, la moda, y tratar de ser el número 1".
Al igual que ha sucedido con las ediciones españolas de otras cabeceras internacionales como Rolling Stone o Vanity Fair, la gran cuestión es cuánto material utilizar del original. "No quiero algo completamente diferente en cada país", afirma Gan. Pero esa receta exige administrarse con precaución, como está comprobando Román Lata Ares, director de contenidos de V Spain: "Las marcas con las que estamos contactando tienen miedo de que se trate de un pura traducción del contenido americano. Lo ideal sería tener un 100% español, por supuesto".
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