15 octubre 2009

Kindle

Tinta electrónica

La inminente venta de Kindle en España anima a las editoriales a publicar sus novedades en Internet y a un precio más barato que en papel

JAVIER MARTÍN 15/10/2009
 
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Hace dos años Latasa vendió 300 lectores electrónicos, el pasado año fueron 3.000, y en éste rebasará los 7.000. Después de cuatro años Latasa ve que su librería online leer-e comienza a despegar. El ebook será el regalo estrella de las navidades.
Hechos como la llegada el lunes del Kindle a España animará al público a comprarse un reproductor de libros (hay una docena de modelos) y, no menos importante, anima a las editoriales españolas a colocar en Internet su fondo editorial y, sobretodo, las novedades. De pronto, todo el mundo cree en el futuro del libro digital. ¿Todos? Todos no. Steve Ballmer, el jefe de Microsoft, se pregunta: "¿Para qué queremos un ereader si ya tenemos un PC?". Para sacar de dudas a Ballmer y a otros lectores despistados, hay que aclarar que el ebook pesa 200 gramos, el PC no baja del kilo; el ebook no cansa la vista, el uso continuado del PC sí; el lector electrónico se saca en el metro o en el desierto, un PC, mejor no. Las pilas del PC duran 7 horas, las del ebook meses.....Nada tiene que ver un lector electrónico (el llamado ebook, o mejor dicho ereader), con un PC o un teléfono móvil 3G. Cuando se lleva cierto tiempo leyendo en uno de esos ordenadores te pican los ojos. Por eso la gente sigue imprimiendo en cuanto un informe supera la media docena de páginas y por eso, pese a lo que se preveía en los inicios de Internet, los textos en la Red suelen ser más cortos que en un periódico.
El milagro de la pantalla que no daña los ojos salió del Medialab del MIT en 1997. La tecnología de E Ink, a diferencia de las pantallas LCD, TFT o plasma no emiten luz, sino que la reflejan, igual que el papel.
Por contra, su resolución es limitada para ver una foto o un vídeo, aunque perfecta para reproducir el negro sobre blanco del papel y la tinta. Su resolución habitual de 800x600 le da unos 160-170 puntos por pulgada, cuando un libro de bolsillo se imprime a unos 150.

La amenaza pirata

Un libro de bolsillo es para muchas personas difícil de leer, bien por su minúsculo cuerpo de letra, bien por su abultado lomo (que dificulta llevarlo en el bolso); ambas inconveniencias las elimina el ereader. Pesa unos 200 gramos y la letra se ajusta a la necesidad del lector, algunos incluyen la función speech, el aparato te lee en voz alta.
De momento la desventaja del producto son los 200 euros que hay que pagar, aunque no tardará en bajar. Las otras desventajas no son de él, sino de la industria editorial que le rodea.
"Todavía no se pueden comprar en Internet bestsellers en español, pero los habrá o se piratearán. Las editoriales tienen la palabra. Ya han visto lo que ha pasado con la música", avisa Latasa, director de la librería online Lee-e. Con cuatro años en Leer-e, Latasa confía en la popularidad del libro electrónico. "Los que más vendemos son Bookin e iRex, y precisamente el modelo más grande, el de más prestaciones". ¿El resultado? "La gente está encantada y lee muchísimo más".
Latasa no se asusta por la llegada del Kindle a España. "De momento va a animar el mercado y no va a suponer ninguna amenaza para la industria editorial, siempre que la industria se ponga las pilas". En ello andan.
Una de las pioneras es Carmen Balcells, detentadora de los derechos de los principales escritores hispanos. Su veteranía y su asentada posición no han sido obstáculo para colocarse en vanguardia en Internet con su colección Palabras Mayores. Por cinco euros te descargas alguna obra de Delibes, Goytisolo o Vargas Llosa, lo más actual de novela hispana que se encuentra en Internet legalmente. Aún así hay que buscar en las tiendas online Leer-e o Mobipocket para encontrarlos.
A la iniciativa de Leer-e se añaden las de Mondadori o Planeta y otros grandes grupos, con su propio sitio para comprar los autores de su propia cuadra, en un movimiento que recuerda a los portales que cada gran sello discográfico fue creando por su cuenta. La aventura ya se sabe cómo acabó: triunfo del pirateo por un lado, y de la tienda iTunes -donde se encuentra casi todo- por otro. "Y piratear libros es mucho más fácil que una canción", advierte Latasa. El texto de una novela pesa menos que una fotografía.

Distribuidora común

Para intentar limitar el minifundismo, a primeros de diciembre irrumpirá en el mercado una plataforma global de muchas editoriales españolas. Se aglutinan en torno al nombre 36L, aunque finalmente la marca comercial será otra.
Toda su obra es con formato ePUB y su lema, "ni exclusivos ni cerrados". Bajo esos principios pretenden poner de acuerdo a un buen número de editoriales de medio tamaño, como RBA o Tusquets.
Cualquier lector electrónico de cualquier fabricante podrá descargarse libros en la plataforma de 36L, siempre que tenga el sistema ePUB.
La fuerza de esta distribuidora (no pretende ser editorial ni tienda) dependerá del número de sellos que se sumen y en las obras actuales que ofrezcan.
Para las editoriales, Internet es la solución a su gran lastre comercial: los stocks y la devolución (el librero siempre puede devolver los ejemplares). Sólo deberán preocuparse por los derechos de los autores y por que su compensación en la Red no sea inferior a la actual.
Los promotores de 36L aseguran que, por primera vez, habrá best sellers a disposición del público estas navidades, a un precio inferior al libro de tapa dura, en torno a los 9,99 euros.
Pero el cambio que va a su poner el ebook no afectará sólo al lector o a la industria. También cambiará la forma de crear. El autor podrá escribir obras con enlaces a Internet; el lector podrá elegir personajes o el final de la trama; también, gracias a la rapidez de Internet, podrá crear obras basadas en la actualidad o incluir a famosos.

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