Spotify: otra vez pillados por los huevos
Spotify. Ése es el cepo que nos pillará por los cojones.
Para el que no lo sepa, Spotify es la última apuesta de la industria para hacer dinero en internet: un programa que te bajas en 30 segundos y tienes acceso gratis por streaming, de forma endiabladamente cómoda, a no sé cuántos millones de canciones. Ni Beatles ni Dylan de momento, pero sí Bruce y U2.
Por qué se impone al Emule: porque elimina los engorros de bajar y encarpetar, y la sensación de clandestinidad. Pinchas y suena instantáneamente, con calidad cojonuda.
Por qué nos va a pillar la huevera: porque tú nunca tienes la música, sólo su acceso, y van a ir cerrándolo poco a poco como un grifo hasta que pagues encantado 10 euros al mes por escuchar todo lo que quieras.
El que lo ha probado -unas 800.000 personas en España- lo sabe. Por lo pronto, ya se ha doblado la publicidad que suena entre las canciones, ahora cada 15 minutos o así. Se empieza a parecer a una radio comercial a la carta, claro que siempre puedes disfrutar de acceso 'limpio'... soltando 9,99 euros al mes.
Pero se me han encendido las alarmas. Desde que me enchufé a Spotify en mayo me he bajado cinco discos. Encima el programilla mola, parece diseñado por Apple (y sus impulsores, un par de suecos veinteañeros, seducen al ciberpajillerismo disfrazándose de 'enfant terribles' internáuticos). Además, ya han ideado la forma de colarlo en el móvil: adiós mp3.
Total, que me tienen a huevo para cobrarme 10 euros y yo encantado.
Los muy jodíos hasta han calculado inteligentemente el crecimiento del negocio: para entrar, en un principio necesitabas invitación (ya no es necesaria), con lo que ellos dosifican su demografía mientras la cosa va poniéndose rentable. Que se pondrá, no lo duden.
Y ahora es cuando servidor habla de su libro: no estaría mal que los magnates de la prensa, esos jefazos que no tienen ni puta idea de qué es internet, estudiaran el modelo de crecimiento de Spotify. Porque el hundimiento de la información escrita es bastante paralelo al de la música grabada.
Y, estimados lectores, esto de leerlo todo gratis en internet SE TIENE QUE ACABAR.
¿Adivinan por qué? Exacto. Quiero comer todos los días y encima ustedes exigen periodismo.
Obviamente, por su bien y por el nuestro, prefiero, preferiremos, agarraros a vosotros por vuestros huevos. Y os agarraremos, vaya que sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario