11 diciembre 2010

Las mentiras del espectáculo

Las mentiras del espectáculo: "Las grandes cortinas se abren y cierran sin cesar, como parergon que despliega la expectativa del público y a la vez invitación a ocupar el lugar del actor. Pero las voces rompen el doble hechizo de tal señuelo: testimonian atrocidades cometidas en Bosnia y recuerdan que toda obra se inscribe en los procesos generales de comunicación. El espacio de la escena remite entonces al sitio, al sitial de quien puede hablar y administra qué y cómo decir. Si ese paso de la autoría a la autoridad despierta su cautela, el visitante asumirá la distancia de ese espectador que sólo se rinde a la obra cuando logra narrarla y traducirla críticamente. Esta es la fuerza de Appeals, la instalación de Ann Hamilton, síntesis, casi, de esta muestra que oscila entre la crítica del espectáculo (de Adorno y Debord a Michael Warner) y las tácticas del espectador emancipado (de Michel de Certeau a Rancière).

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