03 enero 2010

La década de internet

Diez años para una cultura libre

La década que ahora termina ha cambiado, más que ninguna otra y de forma radical, la manera de ver películas, escuchar música y leer libros


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JESÚS ROCAMORA - Madrid - 27/12/2009 08:00

 Las fechas son siempre buenas para hacer balance. ¿Cuál fue el mejor disco de 2009? ¿Y las películas que se han estrellado contra la taquilla durante este año? El fin de la década 2000-2009 hace pensar más allá, porque lo que diferencia los libros, las películas y los discos del pasado decenio de los de este es la manera que tenemos de leerlos, verlas y escucharlos. En diez años, Internet ha centrado una revolución que ha cambiado radicalmente la forma de consumo de estos bienes culturales, ha roto con los intermediarios (como en el caso de la música), ha puesto a disposición del público saberes cerrados (gracias a la digitalización de fondos de las bibliotecas y su disposición en la Red para la consulta general), ha roto los criterios históricos lineales aplicados en museos y centros de arte. Incluso ha acabado con una práctica ritual, como es ir al cine.
Una nueva cultura más libre, abierta y masiva. Donde se valora la colaboración y la aportación del usuario. Porque si algo ha permitido Internet ha sido que la cultura de masas sea realmente de las masas. Ahí está el mega-seller como fenómeno editorial de la década, las cifras récord de las giras de Madonna, U2 y los Rolling y hasta los museos han empezado a ofrecer buenas cifras: los números ayudan a vender. A nivel doméstico, ya no hay equipos hi-fi en las casas porque la música se escucha en movimiento, pero sí discos duros. Porque en algún lugar hay que almacenar todo eso que algún día veremos, leeremos u oíremos.

El cine ya no es una ceremonia colectiva

 "El cambio más importante ocurrido en esta década en el cine es un declive manifiesto de las salas públicas y un desplazamiento de las películas al hogar, ya sea en el televisor, en el DVD, en el ordenador. Mis alumnos cinéfilos, por ejemplo, ya no van al cine: ven las películas porque se las bajan, como dicen ellos", cuenta el catedrático de Comunicación Audiovisual Ramón Gubern. "Así que se han multiplicado las formas alternativas del consumo de imágenes a través de prótesis tecnológicas individualizadas, ya no más colectivas: TV, DVD, cable, PC, teléfono móvil lo que ha producido un desplazamiento del ritual colectivo".
"Internet no sólo ha variado la forma de ver cine, también cómo lo interpretamos y nos expresamos"
El director Nacho Vigalondo coincide y lleva casi a lo personal la pérdida del cine "como acontecimiento, como un momento único. Ha pasado de ser algo a lo que asistimos a ser algo que poseemos, que desmontamos, revisamos, criticamos, descomponemos en partes y mezclamos". Para el director de Los cronocrímenes, es imposible hablar hoy de cine sin tener en cuenta Internet, que no sólo ha condicionado nuestra forma de ver películas sino de interpretarlas. "No me refiero sólo a cómo las ves: también a cómo te expresas en la Red. Hay páginas como Film-Affinity, con miles de críticas de usuarios. Antes el cine era un hecho colectivo y la reacción con él era íntima. Ahora es al contrario: el cine es íntimo y su respuesta, colectiva".
Los años 2000-2009 han estado también marcados por el DVD, un soporte superpopular que ha hecho posible que estemos ante "una oferta inédita: estrenos, clásicos, serie B, inencontrables... Me siento como en una edad dorada", dice Vigalondo.
Con todo, Gubern avanza que el DVD ya tiene sentencia de muerte, gracias al Blu-Ray y a las descargas digitales, "que son un hachazo no sólo al cine, sino también al DVD". En su opinión, el cine representa la tendencia general de otros sectores de la cultura: hay demasiada oferta para el mercado y, "si quieres cultura de calidad, hay que pagar. El horizonte de las majors es segmentar el mercado entre lo plebeyo y lo elitista. Los primeros tienen acceso gratis a la cultura chicle. Los segundos son los coleccionistas de pedigrí, que buscan una cosa más museística".
¿Y el futuro? Ambos miran al cine 3-D, "que es una respuesta a la televisión en HD y una reacción a la crisis de salas". Eso sí: Avatar, coinciden, "no es distinto de lo que ya se ha hecho".

Música en movimiento y el 'háztelo tú mismo'

Dos de los conceptos más repetidos en la década 2000-2009: "crisis" y "hay más grupos y música que nunca". ¿Pueden ser compatibles? La aparición de Internet, la popularización del MP3 y el uso de las redes P2P han borrado casi la forma de escuchar que teníamos antes. "Lo que han hecho plataformas como MySpace es ofrecer un escaparate inmenso para escuchar, descubrir y compartir. Ha eliminado intermediarios y ha permitido que tengamos no sólo un sinfín de propuestas a un solo click, sino un termómetro cultural de lo que escucha la gente y no lo que dictan los medios de toda la vida", resume Borja Prieto, director de contenidos de MySpace.
Y ahí es increíble comprobar la manera en que grupos como Vetusta Morla, dice Prieto, y otros que ahora no son conocidos tienen miles de escuchas al día. "Es un buen campo para testear y ver qué será lo próximo que funcione". Precisamente Álvaro Baglietto, bajista de Vetusta Morla, no duda del auge del do it yourself en Internet: grabar, colgar y esperar a ser escuchado: "No creo que en los noventa pudiéramos haber hecho algo. Porque hemos ido aparte del sistema discográfico, y sin Internet no lo hubiéramos conseguido. Tampoco por el boca a boca, que entonces iba de ti a tu vecino, y ahí se quedaba. Si me dices hace diez años que esto iba a pasar, no me lo creo".
También ha cambiado la idea de álbum o disco. ¿Dónde quedan ahora aquellos CD y LP de largos minutajes, cuando iTunes hace negocio vendiendo canciones sueltas? "Los hábitos cambian, ahora con una canción parece que es suficiente. Volvemos al momento más brillante de la música, a los singles de los años sesenta", dice Prieto. Por otro lado, "escuchar música en móviles hace que haya una generación que no sepa qué es un equipo hi-fi y que no se interese por el sonido", se lamenta Baglietto.
Mientras las grandes majors sufren la crisis, y en contra de lo que ocurre en el cine, el MP3 ha impulsado la música en directo: Madonna, U2 y los Rolling han conseguido en la década sus giras más rentables. "Hoy no es necesario ser un artista conocido para llenar una sala. A la gente le gusta ir a los conciertos, hay público y ahí es donde el artista gana", dice Baglietto. Según Prieto, "basta con ir al concierto de un grupo rarísimo: siempre está lleno". Su conclusión es que hoy sabemos más que hace diez años. Vivimos "una orgía de música a la carta".

Las bibliotecas abren su saber y triunfa lo digital

 Un ejercicio de memoria: hace diez años, uno se despertaba, compraba su periódico y lo leía mientras tomaba el café. "Hoy los titulares van cambiando a lo largo del día: antes leías tu edición de prensa, pero ahora, gracias a Internet y a las alertas informativas, no sólo tienes acceso a periódicos, sino a información instantánea de cualquier lugar donde se publique un término concreto", dice Belén Llera, directora técnica de la Biblioteca Nacional.
Y la cosa va más allá si hablamos de obras de referencia, como enciclopedias, atlas, mapas... "Hoy ya estamos acostumbrados a que la información no nos venga de una sola fuente, sino a consultar dos o tres y sacar nuestras conclusiones. La idea de fuente de referencia única sí se ha perdido", dice Llera. Internet ha cambiado la forma en que leemos (ya no consiste sólo en juntar palabras: las páginas de la Red son multimedia y contienen hipervínculos a otros enlaces). Si en otras áreas las marcas YouTube o MySpace marcan la forma de consumir cine o música, en esta, Wikipedia se lleva la palma. Según escribe el semiótico Paolo Fabbri en Revista de Occidente, "no es sólo un texto de consulta destinado a ocupar los estantes de la biblioteca, sino parte del medio reticular en que vivimos. Un signo y un componente reflexivo de estado de la información en los tiempos de la Web". Colectiva, colaborativa, gratuita, multimedia.
"La idea de fuente de referencia única sí se ha perdido durante esta década"
A nivel editorial, han ocurrido algunos cambios radicales, mientras que otros no han hecho sino confirmar las fórmulas conocidas. De entre los segundos, destaca el mega-seller, evolución del best-seller en tiempos más globalizados y masivos, nacido "de esas herramientas de comunicación y márketing mas globales", según Ignacio Latasa, director de Leer-e, que resalta que como contrapunto han aparecido muchas pequeñas editoriales indies.
Como cambio radical está "la aparición del libro electrónico, del e-book", según Angel María Herrera, editor de Bubok. Aunque aún calienta motores, hasta para los libreros más tradicionales, como Jesús Ayuso, que fundó la mítica Fuentetaja hace 50 años, la digitalización no tiene más que beneficios, como "la reducción de espacio y la facilidad para que sea accesible a todo el mundo en Internet. El conocimiento se basa en su accesibilidad". Eso sí, "la librería no cambiará. Siempre será un referente a la lectura y la amistad", defiende.

De la cultura a las industrias culturales

Habrá que decidirse: o industria o cultura

Es el momento de aclarar la confusión que mantiene la política cultural con el espectáculo.

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PEIO H. RIAÑO - 29/12/2009 08:00

Acaba un año en el que el recorte presupuestario proyectado es de un 11 % con respecto al del año anterior. Un tajo importante para la inversión en la conservación y la protección del Patrimonio, que se ve reducida en un 32,4%. Los profesionales del sector ya mostraron su preocupación por las consecuencias que el ahorro puede tener en la rehabilitación y conservación de la memoria artística de este país.
Con estos planes con dinero bajo mínimos se favorece la conversión de la cultura en industria, algo en lo que la Ministra de Cultura incide, preocupada por, según sus propias palabras, "potenciar productos para clientes". La cultura cambia de léxico y parece que uno de los objetivos para 2010 será buscar la rentabilidad a un "producto turístico accesible para la clientela", como ya ha asegurado en varias ocasiones. Sí, la cultura corre el peligro de transformarse en movimiento sexy y macroeventos para maxicolas.
La decisión de recortar por lo que más hay que cuidar confirma el hecho de que el Fondo Mundial de Monumentos publique un estudio en el que señala a España como el tercer país en el mundo que menos cuida su patrimonio. Esto el año que viene no cambiará, porque habrá menos dinero para proteger lo mismo.
Así que será un año decisivo para ver si cala el nuevo discurso del espectáculo industrial que se está fomentado desde la máxima autoridad cultural española. De momento, ya hemos visto la programación para 2010 de museos importantes dispuestos a hacer lo que sea por convertir sus salas en charcuterías grosas: flojas y de poco aroma. Carne de industria cuando se multipliquen las ventas de camisetas y condones con la imagen del cuadro de turno para rentabilizar una exposición o conseguir la aprobación de las inversiones oficiales. Quizás esta propuesta pueda calar en la dirección de Arco e Ifema, envueltos en la más profunda crisis de la feria desde que abrió hace 29 años.
Para 2010 también esperamos que la cuota de mercado del libro electrónico crezca tanto como estima el Gremio de Editores. De esta manera pasaría el negocio de una cuota de facturación del 1,33% (42 millones de euros) al 5%, que es lo que necesita el sector para terminar de creer que la lectura en pantalla será una parte más de las formas con las que el lector se enfrentará a sus autores favoritos, desde la inmensidad del fondo de catálogo a la novedad más caliente. Por cierto, el año que viene las listas de libros de ficción más vendidos se quedan sin Stieg Larsson. Tampoco habrá Dan Brown. Sí estarán Arturo Pérez Reverte y Haruki Murakami para levantar el ánimo a las librerías después de tres años muy duros.
Por supuesto, el Ministerio de Cultura también tendrá que cerrar dos heridas sangrantes: la Ley del Cine y, por sorpresa, la ley de la música. De la primera, nada es lo que parece y puede pasar cualquier cosa tal y como se está llevado el asunto ante la Unión Europea. Además, los Cineastas contra la Orden han colocado esta en la Audiencia Nacional... De la segunda, cuando los músicos se enciendan se armará otro buen incendio.

La Sgae compra teatros

La entidad calla tras conocerse la compra del Coliseum y el Lope de Vega, que el sector siente como una «agresión directa»
«La SGAE se financia con el dinero que recauda en nuestros teatros»
ERNESTO AGUDO
Una empresa sin ánimo de lucro que crea otra con ánimo de lucro
Los trabajadores de la SGAE no salían ayer de su «perplejidad» ante la noticia de la compra de los dos teatros por la entidad de gestión, máxime cuando están inmersos en una negociación del convenio desde hace 15 meses, y la empresa les ha amenazado con despedir a 60 personas para afrontar graves retos, «como comprar una marisquería», apostilla un portavoz de los trabajadores. «Esos son los retos vitales de la entidad, comprar dos edificios con una joyería, una marisquería y 40 apartamentos». Y pregunta: «¿Qué tiene que ver eso con los derechos de autor?». «¿Cómo el Gobierno permite que una empresa sin ánimo de lucro cree otra, ARTeria, con ánimo de lucro?, a la que la SGAE le transfiere dinero para dar números rojos y justificar el despido de trabajadores».
La Sociedad General de Autores (SGAE) y ARTeria no quisieron ayer hacer declaraciones sobre la compra del teatro Coliseum y el Lope de Vega, por una cifra que ronda los 90 millones de euros, y de la que ayer informó ABC. Quienes sí hablaron, sin embargo, fueron los empresarios teatrales del sector privado, molestos por esta operación, que para muchos extralimita la actividad meramente cultural de la entidad, adentrándose en la inmobiliaria.
«Sorpresa y preocupación»
«Sorpresa y preocupación» es lo que ha causado a Jesús Cimarro, que gestiona el teatro Bellas Artes y preside la Asociación de productores de Teatro, Música y Danza y Empresarios de Espacios Escénicos de Madrid. «Nos sorprende que la SGAE se dedique a comprar teatros, y nos preocupa qué es lo que van a hacer con ellos, ya que pertenecen a nuestra asociación», afirma, mientras recuerda que, entre los objetivos de la entidad de gestión, no se encuentra ése. «Tendrían que preguntárselo a los socios si su objetivo es adquirir teatros». Y añade que la SGAE «se financia con el dinero que obtiene en otros teatros y auditorios». Cimarro confirma que hace unos días se reunió con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, «para presentarle nuestra Federación». Reunión en la que, entre otros puntos, se habló de la alarma entre los empresarios teatrales por la aparición de ARTeria, pero de la que no ha querido declarar nada. Sin embargo, adelanta que, tras las fiestas navideñas, está prevista una reunión con el sector para hablar de la situación. «Todo ha sido muy repentino y no hemos tenido tiempo ahora».
Auditoría de gestión
Los empresarios se sienten agraviados ante lo que consideran «una agresión directa» a su ámbito de negocio, asegura Alejandro Colubi, responsable de los teatros Marquina, Príncipe-Gran Vía y Arenal. «No vamos a admitir esa clase de competencia desleal. Tendremos reuniones muy serias una vez pasen las fiestas. A lo mejor habrá que pensar que, a partir de ahora, los autores que cobran a través de la SGAE no trabajarán en nuestros teatros», insinúa Colubi, quien a su vez preside la Asociación de Empresarios de Locales de Teatro.
En esa línea, arremete duramente contra la cúpula de la entidad. «La SGAE se ha convertido en un panteón de gente que procede en su mayoría de la política, con sueldos multimillonarios, y que está creando un patrimonio que no procede». Por ello reclama «una auditoría de gestión» de la entidad, que permita desglosar en detalle su actividad recaudadora.
Enrique Cornejo, que gestiona los teatros Muñoz Seca y Reina Victoria, mostró ayer también su preocupación porque «no termino de interpretar hasta dónde va a llegar la expansión de los teatros públicos e institucionales que se aleja de la finalidad de la siempre eficaz empresa privada, que es la que durante muchos años ha mantenido la oferta teatral en Madrid». Para Cornejo, ARTeria es una institución «que procede de la misma institución autoral, de la SGAE. Debería existir algún tipo de entendimiento e integración en la actividad privada. Deberíamos estar inmersos en esa expasión y ser vinculantes», insiste. «Todos somos cooperantes de la SGAE, pues nuestros teatros recaudan los derechos de autor que hacemos llegar a esta institución, lo que nos acredita como eslabones indispensables para coordinar y potenciar al sector de una manera que nunca le perjudique, algo que aparentemente no va a suceder ahora».

SGAE

Jueves , 31-12-09
Los trabajadores de la SGAE no salían ayer de su «perplejidad» ante la noticia de la compra de los dos teatros por la entidad de gestión, máxime cuando están inmersos en una negociación del convenio desde hace 15 meses, y la empresa les ha amenazado con despedir a 60 personas para afrontar graves retos, «como comprar una marisquería», apostilla un portavoz de los trabajadores. «Esos son los retos vitales de la entidad, comprar dos edificios con una joyería, una marisquería y 40 apartamentos». Y pregunta: «¿Qué tiene que ver eso con los derechos de autor?». «¿Cómo el Gobierno permite que una empresa sin ánimo de lucro cree otra, ARTeria, con ánimo de lucro?, a la que la SGAE le transfiere dinero para dar números rojos y justificar el despido de trabajadores».

Creía que estábamos en crisis

Año récord para los cines españoles

Las salas han recaudado más de 675 millones de euros, un 1% más que el mejor registro histórico de 2004

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Los cines españoles alcanzan cifras récord en 2009. - EFE/Toni Albir
PÚBLICO.ES/EFE - MADRID - 31/12/2009 17:09

En tiempos de crisis vamos más al cine. Eso parece desprenderse de las cifras de la consultora Nielsen EDI, que calcula que durante 2009 los cines españoles recaudaron más de 675 millones de euros y recibieron a más de 110 millones de espectadores.
Estos datos suponen una cifra récord para los cines en España, ya que se supera en un 1% el mejor registro anterior, de 2004. Los datos muestran que el primer semetre superó en un 10% el de 2008, pero que los meses de agosto y septiembre lastraron las buenas cifras. Sin embargo, el último trimestre del año recuperaron esos dos malos meses superando todas las previsiones.
Nielsen considera que el aumento se debió a un mayor atractivo comercial en los estrenos de 2009, a la implantación del 3D en las salas de cine y al gran resultado obtenido este año por el cine español, que ha supuesto un incremento del 35% sobre el año anterior, superando los 100 millones de euros.