09 diciembre 2008

Compartir es cultura

Wu Ming, que en chino significa «sin nombre», es un grupo de escritores italianos que reivindica la cultura popular frente al mercado literario. «Esta revolución no tiene rostro» (Acuarela) es una de sus novelas colectivas que a nadie dejará indiferente.
ABC
La revolución se llama Wu Ming
«Esta revolución no tiene rostro», del colectivo italiano Wu Ming /WU MING FOUNDATION
Actualizado Martes, 09-12-08 a las 11:03
Una actitud típica de muchos progres es considerar la cultura de masas como una especie de «opio del pueblo» laico. Desprecian la cultura popular por considerarla intelectualmente fofa e ideológicamente reaccionaria. La izquierda exquisita arrugó la nariz con los folletines de Dumas en el siglo XIX lo mismo que en la actualidad la arruga con los best seller y los videojuegos.

Para el «equipo de servicios literarios» Wu Ming, estos progres no pueden estar más equivocados. En «Esta revolución no tiene rostro» (Acuarela) exponen que la cultura popular es precisamente la única con verdadero poder para inspirar emociones, entre ellas, y para escarnio de la izquierda burguesa, las subversivas.
Una discusión tan vieja como la literatura misma. Hay quienes quieren ver en Shakespeare a un autor genial e innovador tocado por los dioses, otros fijan su mérito en asimilar los argumentos de los mitos clásicos. ¿Es el «Romancero» (anónimo) más verdadero que «Coplas por la Muerte de su padre», de Jorge Manrique? ¿Tradición y reelaboración o inspiración y forma innovadora?
Autor colectivoAlejándose de discusiones bizantinas, Wu Ming propone nada menos que una revolución mitad política, mitad estética, basada en las historias, los mitos y las narraciones compartidas. Una, en sus palabras "invitación a soñar con el resto de la humanidad", celebrando la cultura colectiva y de masas, que participa activa y anónimamente en la elaboración de estas narraciones.


Frente al escritor burgués encaramado en su torre de marfil, renegado de la sociedad y enfrascado en agrias masturbaciones intelectuales con su inspiración, Wu Ming propone el autor colectivo, que recoge ideas de otros, las transforma, les aporta una leve marca personal y vuelve a ponerlas a disposición de quien quiera acercarse a ellas. «La gente está más acostumbrada a los grupos de músicos, pero en los últimos diez años han aparecido grupos de escritores (y poetas) en Italia: Wu Ming fue el primero, pero después vinieron Sparajurij, Kai Zen, Babette Factory, Paolo Agaraff y muchos más», en palabras de Wu Ming 1, miembro destacado de este particular colectivo y que acaba de publicar en España «New Thing» (Acuarela). Así es como Wu Ming ve al escritor, un artesano (reniegan de la palabra artista) social, mezclado entre la multitud; un no muy fiel copista de las historias que nos contamos constantemente los unos a los otros.

La bella mitopoiesis
Para superar el barrizal creativo de la cada vez más exigua izquierda revolucionaria actual, Wu Ming propone la mitopoiesis. Una palabra tan rebuscada como bello es su significado: la reinvención constante de las historias e iconos que unieron, unen y unirán la sensibilidad de todos los seres humanos. Valga citar aquí la opinión que Wu Ming 1 tienen de los panteras negras, más desarrollada en el antes mencionado «New Thing» (poética mezcla de ficción y realidad circunscrita al contexto jazzístico y revolucionario de la Nueva Orleans de finales de los 60), «a los que se recuerda sólo por su estilo, pero no por lo realmente importante que hicieron, sus "programas sociales" para el gueto: desayuno gratis para los niños pobres cada mañana, zapatos gratis para la gente que no podía comprar pares nuevos, activistas para acompañar a los viejos que no podían ir de compras solos...Era lo que ellos llamaban "equipo se supervivencia prerrevolucionaria"».


No obstante, y pese al bagaje que arrastra de tópicos y clichés de la izquierda perriflauta, Wu Ming está mucho más cerca de los «Apocalípticos e integrados», de Umberto Eco, que de Manu Chao. Y en sus mejores pasajes, este libro-manifiesto tiene una fuerza lírica realmente notable, algo muy poco común en la literatura de propaganda.

La cultura de masas y los mitos populares
«Esta revolución no tiene rostro» recopila algunos de los textos de Wu Ming sobre su fresca e inspiradora manera de entender el arte, la política y la vida. Como toda recopilación de artículos (y más cuando son de varios autores, como es el caso) se resiente de cierta irregularidad. Los integrantes de este equipo de servicios literarios participaron en las movilizaciones antiglobalización de principios de década en Génova y Florencia y las experiencias y reflexiones recogidas en el libro probablemente interesen poco a quien no le importaron en su día estos acontecimientos.

Tampoco los textos sobre el estilo y la moda de la izquierda son tan ricos y estimulantes como aquellos en los que exponen sus teorías sobre la cultura de masas y los mitos populares, pero ya se sabe que es un mal endémico de este tipo de publicaciones. No hay lugar a dudas, sin embargo, de que este colectivo de escritores seguirá dando de qué hablar. Ya lo hizo en el reciente (y primer) festival oXcars de Barcelona donde, según Wu Ming 1, se pudo comprobar que «aún queda una larga lucha por delante, pero tenemos buenos luchadores y profetas muy preparados».

08 diciembre 2008

Compartiendo lo público

Alemania dona 100.000 fotografías históricas a Wikipedia

Las instantáneas, que se remontan desde 1860 a la actualidad, forman parte de un proyecto para su uso público

ELPAÍS.com - Madrid - 08/12/2008

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El Archivo Nacional de Alemania ha anunciado la donación a Wikipedia de 100.000 fotografías digitalizadas que corresponden a distintos momentos históricos. Las imágenes cubren un periodo que oscila entre 1860 a la actualidad, y forman parte de un proyecto que pretende poner a disposición de los ciudadanos 11 millones de fotografías para su uso público.

"Hemos decidido cooperar debido al éxito de Wikipedia. De esta manera, podemos llegar a un mayor público", asegura el director adjunto del archivo B. Kuhl al diario alemán The Local. La iniciativa se ha desarrollado puesto que "la gente normalmente no piensa en nosotros cuando busca imágenes", explica Kuhl.

Las imágenes donadas por el Gobierno alemán incluyen documentación sobre el Holocausto, manifestaciones y otros acontecimientos de la historia contemporánea del país teutón.

"Todo el mundo está involucrado de alguna manera, se trata de un trabajo en constante proceso", asegura Kulh quien desvela que en la actualidad el proyecto cuenta con un total de 11 millones de fotografías, que serán distribuidas bajo la licencia Creative Commons para su difusión y uso público.

07 diciembre 2008

Motown

El sonido de la felicidad

IKER SEISDEDOS (El País) 07/12/2008


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Motown, mítico sello de �soul� de Detroit, cumple 50 años de canciones memorables. Viaje, al ritmo del sonido de la joven América, a la cuna de la factoría de pop perfecta.

En un mundo, el de la música popular, obsesionado con la perfección, la aritmética y los pequeños simulacros de felicidad, Motown, sello independiente de soul de Detroit, a punto estuvo de dar con la fórmula de la canción pop definitiva.

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En los sesenta, la música producida en el angosto y mítico estudio que llamaban Snake Pit (nido de serpiente), en el corazón de Hitsville USA (hoy sede del Museo histórico de la Motown), era tan poderosa y eficaz en su contagio que resistió a la invasión británica de los Beatles y traspasó los océanos y barreras raciales en plena lucha por los derechos civiles. Negros y blancos bailaron (y bailarán mientras les quede aliento) los éxitos de Four Tops, The Supremes, The Temptations, Marvin Gaye, Smokey Robinson, Jackson 5 o Little Stevie Wonder. Se trataba, en la eficaz etiqueta que acompañaba sus discos, del sonido de la joven América, el sonido de Detroit o el sonido Motown a secas. Y con eso quedaba realmente todo dicho; gloriosas composiciones inmediatas, frenesíes juveniles, arreglos inolvidables y bases rítmicas de leyenda.

Y las leyendas nacen cuando les da la gana. La del sello Motown vio la gélida luz del día a principios de diciembre hace cincuenta años. Berry Gordy Jr., buscavidas, fracasado propietario de tienda de discos, boxeador de peso pluma de cierto éxito y compositor de canciones de escasa repercusión, tomó prestados 800 dólares de los ahorros de su familia para fundar la compañía que convertiría en el mayor negocio discográfico propiedad de un negro de la historia. Uno de sus primeros éxitos fue Money, en la agitada voz de Barrett Strong. Escrita por el propio Gordy, la letra glorificaba el dinero como necesidad, acaso no por azar; Forbes fijó en 1986 la fortuna personal del fundador de Motown en más de 180 millones de dólares, gracias a los discos, claro, pero también a los derechos generados por su editorial musical, Jobete. "El secreto de nuestro éxito", explicaba Gordy recientemente desde su mansión en Bel Air (Los Ángeles), "fue la humildad y la honestidad. Hicimos la música que queríamos escuchar y la cosa funcionó. Y sí, ganamos algo de pasta".

A Please Mr. Postman, primer número uno, siguieron decenas de éxitos de pop. Porque la obsesión de Gordy siempre fue hacer de Motown un sello de pop. En eso es lo que lo diferenciaba de otras grandes compañías de soul de la época como Stax, Atlantic o Chess. Había que llegar al gran público. Incluso si para ello había que sacar de las portadas los retratos de los artistas negros para no ofender a las audiencias blancas.

Con más de cien entradas en el top 10 en los sesenta (en 1966, el 75% de las canciones producidas por Motown ingresaron en las listas), la compañía funcionaba con la infalibilidad de una máquina expendedora de buenos momentos. No por casualidad, al sello se le conocía "como la otra línea de ensamblaje de Detroit", una ciudad entonces consagrada a la producción automovilística (Motown es, por cierto, la abreviación en inglés de ciudad del motor).

Los compositores, cantantes y músicos trabajaban cada uno por su lado. Las míticas canciones de Holland-Dozier-Holland o Ashford and Simpson se variaban y reutilizaban hasta dar con el intérprete adecuado. Cada viernes se celebraba una reunión de "control de calidad"; si un tema no ofrecía garantías de éxito, se aparcaba. A mediados de los sesenta se creó una "agencia para el desarrollo de los artistas", para perfeccionar los pasos de baile de los Temptations o enseñar a Mary Wells a caminar como una señorita.

Las nuevas estrellas aguardaban donde menos se las esperaba. Martha Reeves, por ejemplo, voz con The Vandellas de éxitos como Nowhere to run o Dancing in the streets, trabajó como secretaria en las oficinas hasta que le dieron una oportunidad. "Y no la desaproveché, claro", explicaba el mes pasado a este diario. Hoy, Reeves trabaja en el Ayuntamiento de Detroit y continúa con su carrera musical. "Éramos como una gran familia. El éxito de uno nos beneficiaba a todos. Había roces, como en todas las familias, pero nada importantes".

No todo fueron buenos recuerdos. Por más que resulte difícil arrancársela a sus protagonistas, esta historia también tiene su reverso tenebroso. Los revisionistas del mito acusan a su fundador, a quien el FBI investigó por sus conexiones con la Mafia, de exprimir a los trabajadores. Como hechos cuentan el que The Funk Brothers, banda de acompañamiento de la casa, acaso una de las mejores de la historia del pop, nunca gozó de reconocimiento. O que los miembros del grupo vocal The Spinners, decisivos en el soul en los setenta, pasaran parte de la década anterior, bajo contrato con la Motown, como chóferes o barriendo los suelos cuando las cosas no les fueron bien en las listas de ventas.

Hubo historias directamente desgarradoras. Caras B del rutilante y voraz éxito de la compañía. Como la temprana desaparición de Tami Terrell, compañera artística de Marvin Gaye. O la de Florence Ballard, la segunda de las tres Supremes, hasta que el alcoholismo, las luchas intestinas y la predilección de Gordy por Diana Ross dieron con su salida del grupo y la sumieron en el olvido hasta su muerte, a mediados de los setenta y con tan sólo 32 años. Si les suena la historia, quizá sea porque Dreamgirls, reciente éxito cinematográfico, se basó libremente en aquellos hechos sin que ninguno de sus protagonistas disfrutase precisamente con la idea.

Aunque la decisión de Gordy que Dennis Coffey, guitarrista de la casa desde 1969, reprocha por encima de cualquier otra es la de llevarse en 1972 la sede de Motown a Los Ángeles: "La industria musical se colapsó en la ciudad. Nos dejó a todos tirados y sin saber qué hacer. Afectó a familias enteras".

Tras aquella decisión, que terminó de golpe con la era dorada del sello, estuvo, como casi siempre, la ambición. El niño pobre de Detroit quería conquistar el cine y la televisión. Empaquetó sus recuerdos, cogió de la mano a su gran estrella, Diana Ross, y se plantó en Hollywood. Las cosas funcionaron bien al principio. Lady sings the blues, satinado biopic de Billie Holiday para mayor gloria de la más lista de The Supremes, fue todo un taquillazo y le valió a su protagonista una candidatura a los Oscar. Peor suerte tuvieron aventuras posteriores, como aquel delirante remake de El mago de Oz.

En cuanto a la música, con la década cambió algo más que la dirección postal de la galleta de los discos. El final del sueño de los sesenta llegó para Motown aquel día de 1971 en que Marvin Gaye, el atormentado chico de oro de la voz maravillosa, presentó a Berry Gordy su nuevo disco. What's going on, la Capilla Sixtina del soul y uno de los mejores álbumes de todos los tiempos, sonaba más político y complejo de lo que los oyentes de Motown eran capaces de tolerar. O así lo veía Gordy, que trató de evitar su publicación: "Le supliqué que no tirase su carrera por la borda, recuerda Gordy. "Obviamente, me equivoqué".

El disco fue un éxito, como casi todos los que en los setenta publicaron los artífices del Motown clásico que sobrevivieron al cambio de paradigma. The Temptations, empujados a la psicodelia por el productor Norman Whitfield, Diana Ross, Smokey Robinson o, sobre todo, Stevie Wonder, que encadenó una obra maestra tras otra. Todos perdieron la inocencia y maduraron como artistas en los estudios de la soleada California.

Motown fue un aún más formidable negocio en una década en la que "la joven América" perdió la credulidad y el sonido Detroit evolucionó hacia los gritos funk llegados del gueto y las superproducciones del sonido Filadelfia que desembocaron en el disco. El sello ya no funcionaba como una fábrica. La mayoría de los productores y músicos de los viejos buenos tiempos volaron lejos del nido y "el sentido de la familia" fue sustituido por las guerras individuales. Y The Commodores, liderados por Lionel Richie, se convertirían con su fórmula adaptada a los años confusos en la banda más exitosa de la historia de Motown.

Gordy vendió la compañía en 1988 por 61 millones de dólares a MCA. Hoy el sello anda perdido en el magma discográfico de Universal. Como una anecdótica generadora de nuevos lanzamientos y, sobre todo, como una agradecida gallina de los huevos de oro en la redondez de los aniversarios.

Para celebrar el cincuentenario, la discográfica ha montado una campaña publicitaria de proporciones planetarias con la confianza de que ésta es la clase de música inmortal capaz de venderse en la hecatombe de la piratería y las gratuidades. Millones de oyentes de todo el mundo han votado en Internet para escoger la mejor canción del enorme corpus del sello. My girl, de The Temptations, puro sonido Motown, es el tema ganador. "Recuerdo la grabación como si fuese hoy", afirma Gordy. "Smokey [Robinson] estaba allí. Él escribía y producía el tema. Y eso, cualquiera lo sabe, es el inmejorable comienzo de una gran historia". Ésta se contó por primera vez una Navidad de hace 44 años con la voz de tenor del elegante gafotas de David Ruffin, muerto por una sobredosis en 1991. Aquélla fue su primera grabación como solista del quinteto. Y tocó con las yemas la perfección de la canción pop definitiva. En efecto, fue un número uno.

Artistas jóvenes

Los primos madrileños de Damien Hirst

Artistas jóvenes exponen su obra sin intermediarios

M. JOSÉ DÍAZ DE TUESTA - Madrid (El País)- 07/12/2008

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El boca a oreja llevó al artista Paco Santamaría, nacido en Hamburgo en 1969 pero afincado en Madrid, a recalar en Espacio Kaplan DF (www.kaplandf.com), una sala destinado a los outsider del arte. Singular y poco conocida, a pesar de su valor para aquellos artistas que se abren camino (y son bastantes) al margen de los circuitos convencionales, Espacio Kaplan DF estaba el pasado martes hasta la bandera. Era el día que Santamaría inauguraba Ultratensión y contratiempos.

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Sotheby's cede el nombre y el espacio pero no cobra a los artistas por la venta
Uno de los criterios de selección es que el artista no trabaje con una galería fija
Entre los invitados se encontraba Alexandra Schader, directora del departamento de Arte Contemporáneo de Sotheby's Madrid, una sala de subastas estrechamente vinculada a este espacio que va por libre y que, fuera del circuito habitual de museos y galerías, está ubicado en Cristóbal Bordiú, 22. "La idea surgió hace algo más de un año", cuenta Schader. "A través de las subastas conocíamos a bastante jóvenes que hacen cosas interesantes y decidimos darles un espacio".
Al principio, hace algo más de un año, Sotheby's ofreció una sala de su sede en Madrid. Después, junto a la agencia de comunicación Kaplan, abrió el espacio definitivo. La novedad: Sotheby's no cobra nada a los artistas. A modo del británico Damien Hirst, que dio el campanazo este año cuando subastó su obra sin intermediarios, aquí ocurre algo similar. Los artistas (pintores, escultores y algunos fotógrafos, fundamentalmente) venden su obra sin intermediación alguna.
Queda bastante claro lo que ganan los artistas con esta fórmula. ¿Y Sotheby's? "No gana nada con la obra que se expone, ni siquiera se ponen los precios a la vista, simplemente a nosotros nos permite preparar eventos como éste; y ellos vienen contentísimos porque supone un paso para relacionarlos con el público y otra vía de mostrar su trabajo", dice Schader.
Cada vez hay más vías alternativas a las clásicas galerías (que cobran un porcentaje de las obras vendidas). Así, en Internet existen páginas donde se cuelgan trabajos para los muchos oteadores que andan a la caza de talento o iniciativas como la de la galería Saatchi de Londres, que inauguró hace un par de años un espacio online abierto a los artistas de todo el mundo donde fichar a gente nueva. Y con bastante éxito, por cierto.
De momento, por los espacios de Sotheby's han pasado 20 artistas, como Daniela Núñez Arrieta, Xana Kahle, Bernardo o Aja Elie Halioua. Uno de los criterios de selección, que realizan expertos de la casa de subastas, es que el artista no trabaje con una galería permanente. Algunos tampoco la quieren.
Como Santamaría, que en 12 años de trabajo ha hecho 15 exposiciones en diferentes lugares: "Exponer bajo la marca Sotheby's te abre otras puertas. Además, no tengo por qué pelear si no quiero para llegar al público. La persona que tenga interés por mi obra tiene que acercarse a mi estudio, y el beneficio que yo obtengo es más cualitativo que cuantitativo".
Los otros criterios para elegir una obra artística es que diga "algo diferente" y llegue a un público lo más variado posible. Ahí es nada.

02 diciembre 2008

y ahora se dan cuenta de esto

SGAE revisa las maletas de los 'Dj´s': si los discos son copiados se terminó la fiesta

SGAE, propiedad intelectual, Dj

@Gustavo Bravo.- (El Confidencial.com) 02/12/2008 6:00h

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SGAE revisa las maletas de los 'Dj´s': si los discos son copiados se terminó la fiesta
Intervención policial en la madrileña Sala Low
Pinchar con discos originales ha dejado de ser una cuestión de principios o prestigio, ahora también es un asunto legal. Esa práctica tan extendida por muchos Dj´s, la de utilizar CD´s copiados o incluso de listas de canciones en mp3 reproducidas directamente en un ordenador, parece ser el nuevo frente de batalla de la Sociedad General de Autores (SGAE).

En la imagen, que ha llegado de forma anónima a la redacción de El Confidencial, puede verse la cabina de la madrileña sala Low durante una sesión de Dani Rivero Baughman, uno de los Dj´s residentes, justo en el momento en el que la policía municipal interrumpe su sesión para comprobar si las copias de las que hace uso son originales. Se desconoce el desenlace de los hechos, ya que tanto el protagonista como la sala han rehusado hacer declaraciones, mientras, fuentes policiales han asegurado que este tipo de intervenciones se realizan a instancias de un juez para comprobar unos hechos concretos denunciados previamente por SGAE y cuyo fin no es otro que el de garantizar la legalidad de las copias que se utilizan en las salas.

Sesiones legales o multas millonarias

El canon que paga el establecimiento por poner música no es suficiente para que la fiesta esté permitida. La Ley de Propiedad Intelectual vigente exige que la música que se escucha en las salas proceda de copias originales. De esta manera, el artista que suena garantiza sus derechos de autor, más concretamente los de reproducción y de comunicación pública, que impiden que su música se reproduzca sin autorización previa de él mismo o de su discográfica en cualquier lugar que no sea el uso privado en un ámbito doméstico.

Ante esto surge una pregunta, ¿qué hay de esa copia privada o de seguridad que permite la ley? ¿Pueden los Dj´ pinchar con copias y dejar los originales en casa? Lo cierto es que en el artículo 31 de la Ley de Propiedad Intelectual, que rige las excepciones en las que las copias privadas son lícitas, no hay ninguna que contemple esta posibilidad, por lo que en principio no sería posible.

El hecho de que sea la policía la que interrumpe la sesión del Dj implica una denuncia por la vía penal, la cual, supone un delito de ánimo de lucro registrado en el artículo 270 del Código Penal. Según fuentes jurídicas, por esta vía, la penal, es mucho más difícil conseguir imputar a la sala o el Dj que por lo civil, primero, porque resulta complicado demostrar un ánimo de lucro procedente de esa música y, segundo, porque la vía penal está reservada para hechos graves o muy graves. Pero en el caso de que una sala o su pinchadiscos resulten imputados por este tipo de delito, las penas pueden oscilar entre 6 meses o 2 años de prisión.

Dentro del sector se teme que la escena internacional se traslade a España. Hace cuatro años un conocido Dj italiano fue imputado con 1,4 millones de euros de multa después de ser acusado de utilizar multitud de DVD´s y archivos mp3 para sus sesiones en un club de Roma. Recién estrenada la polémica campaña del Ministerio de Cultuta, “Si eres legal, eres legal” el debate se traslada a las salas y a las cabinas de los DJ´s, en las que hasta ahora lo único que solía interrumpir era alguna petición musical o la curiosidad del que pregunta por el nombre del grupo que suena en ese momento. De ahora en adelante puede que pinchar con CD´s originales o incluso con vinilos no sea sólo una cuestion de gusto, sino un requisito profesional, pero si lo que se utiliza para pinchar son descargas mp3 compradas en iTunes, ¿habrá que enseñar la factura?

10 mentiras, 10 verdades

Las 10 verdades del P2P que dice Cultura que son mentira

El Ministerio publica un decálogo contra la piratería que refutan las asociaciones de internautas y otros colectivos de la Red

RAMÓN MUÑOZ - Madrid (EL País) 01/12/2008

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El Ministerio de Cultura, dentro de su campaña Si eres legal, eres legal contra la "piratería" en Internet ha colgado en su página web un decálogo con "Las 10 mentiras más difundidas sobre propiedad intelectual". Bajo la consigna "Los ilegales intentan engañarte... ¡No te dejes manipular!, para que nadie te time", el Ministerio que dirige César Antonio Molina señala que las descargas de música y películas no son legales, que los programas de intercambio de archivos P2P (como el eMule) son perseguibles judicialmente, no son seguros, y suponen un expolio para los artistas y creadores.

No obstante, el decálogo ha sido refutado punto por punto por las asociaciones de internautas, blogs y otros colectivos ciudadanos relacionados con la Red. Este es el antidecálogo basado en sus opiniones:

1.- Lo que está en Internet es gratis

Ministerio de Cultura: ¡Falso! La música, el cine, las imágenes, los textos, los videojuegos que están en Internet han sido creados por personas. Es a ellas a las que corresponde disponer si su utilización es libre y gratuita o, por el contrario, poner un precio a su uso.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Lo que está en Internet puede ser gratis, de pago o incluso de ambas categorías, gratis por un tiempo con opción a compra (share). En el caso de los vídeos y la música, los creadores pueden exigir un precio a los que comercializan esos contenidos o se lucran con ellos (iTunes, Google, Yahoo, etcétera)

2.-Bajarse música o películas de Internet es legal

Cultura: ¡Falso! Cuando los dueños de contenidos autorizan la descarga gratuita, sí es legal. Si la descarga no está autorizada por los titulares de los derechos, tiene lugar una infracción de la propiedad intelectual.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Las descargas de música son legales o, más precisamente, no son ilegales. Lo dice una sentencia de 2006 del juzgado de lo Penal número 3 de Santander que absolvió a un internauta, para quien se pedían dos años de cárcel por descargar y compartir música en Internet, por considerar que esa práctica no es delito, si no existe ánimo de lucro, y está amparada por el derecho de copia privada.

3.- Si no aparece el símbolo © en un contenido en Internet lo puedo utilizar

Cultura: ¡Falso! La ausencia del símbolo no indica que el contenido es de utilización libre. Para que así sea el titular lo ha tenido que hacer constar expresamente.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Siempre que no tenga ánimo de lucro, el usuario particular no tiene medios a su alcance para comprobar si un contenido está o no protegido por copyright. Corresponde a las empresas de la Red poner los medios tecnológicos para garantizar este derecho. Por ejemplo, YouTube ha creado su sistema Video ID que permite a los titulares de los derechos identificar sus contenidos y decidir que hacer con ellos: bloquearlos, autorizarlos o comercializarlos.

4.- Es legal copiar o utilizar un contenido de Internet siempre que se cite al autor

Cultura: ¡Falso! Debemos mencionar la fuente y el autor cuando utilizamos una cita en un trabajo de investigación o en un artículo. En estos casos, el fragmento ha de ser corto y proporcionado al fin de la incorporación. Y si no estamos citando, sino utilizando una obra sin autorización, debemos obtener una autorización del titular.

Antidecálogo: Verdadero. El propio enunciado de Cultura se contradice. Una cosa es usar un contenido y otra plagiar. El plagio es perseguible dentro y fuera de Internet. La cita, no. Respecto a la copia, en España se paga un canon por todo aparato o servicio que es susceptible de copiar o grabar (DVD, mp3, móviles, fotocopiadora, memorias flash y usb, etcétera) contenidos protegidos. El importe de ese canon digital (118 millones de euros este año) se reparte entre los autores y creadores.

5.- Cuando intercambio música y contenidos a través de programas peer to peer (P2P), no necesito autorización

Cultura: ¡Falso! La utilización de estos programas supone la explotación de derechos de propiedad intelectual que no han sido autorizados, por lo que constituye una infracción de los derechos de propiedad intelectual.

Antidecálogo:¡Verdadero!. En España, no hay ningún fallo judicial que diga que el p2p necesita autorización. Al contrario, una sentencia firme de la Audiencia Provincial de Madrid del pasado mes de septiembre absolvió a los promotores de Sharemula, una página web de enlaces, señalando que enlazar a las redes de p2p "no supone vulneración de los derechos de propiedad intelectual".

6.- Los intercambios de archivos a través de las redes P2P son legales

Cultura: ¡Falso! Si estos intercambios tienen lugar sin la autorización de los titulares de los derechos de propiedad intelectual, son actos ilegales.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Además de lo dicho en el punto cinco, la doctrina de la Fiscalía General del Estado (circular de mayo de 2006) señala que el intercambio de archivos través del sistema p2p no es incriminable penalmente. Es cierto que la Fiscalía señala que pueden constituir un ilícito civil, pero tampoco ha habido un fallo judicial en vía civil contra internautas que hayan usado el p2p sin ánimo de lucro.

7.- Las redes P2P son seguras

Cultura: ¡Falso! La seguridad es un grave problema ya que damos entrada a nuestro ordenador a todos aquellos que estén conectados a ella. Cualquiera puede circular libremente y acceder a nuestros datos: IP, tipo de descargas que estamos haciendo, número de teléfono y otra información de seguridad que figure en el ordenador.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Las redes p2p son tan seguras como lo quiera el usuario, que puede decidir libremente los contenidos que comparte de su ordenador y filtrar mediante antivirus los contenidos que se descarga. Es curioso que Cultura denuncie esta falta de seguridad cuando quiere implantar un modelo de control de las descargas como el francés por el que una autoridad extrajudicial tendría acceso a todos esos datos de nuestro ordenador.

8. La industria cultural y los artistas ya ganan suficiente así que no perjudico a nadie si no pago

Cultura: ¡Falso! Los autores, los artistas y las industrias de contenidos de propiedad intelectual tienen el derecho legítimo a ganar dinero, triunfar y tener una carrera exitosa, como ocurre en cualquier sector profesional. No se justifica que a este sector se le discrimine y se cuestione su derecho a ser retribuido.

Antidecálogo: ¡Verdadero! La industria cultural como todas debe adaptarse a los nuevos tiempos y a los cambios tecnológicos. Con los mismos argumentos, los linotipistas estarían autorizados a pedir la prohibición de la informática. En contra de lo que dice Cultura, es la propia industria audiovisual la que exige una discriminación positiva (subvenciones, prohibición del P2P, canon digital, etcétera) de la que no goza ningún otro sector productivo.

9.- Las descargas ilegales promocionan a los artistas y a los autores, que ven difundidos sus trabajos y se dan a conocer sin necesidad de la industria

Cultura: ¡Falso! Detrás de los autores y los artistas hay una industria que les da trabajo, los da a conocer e invierte en ellos.

Antidecálogo: ¡Verdadero! Ningún artista famosos se ha arruinado por las descargas ni siquiera los que como Prince han tratado de perseguirlas (pidió una indemnización a una madre que le puso una canción suya a su bebé). En cuanto a los modestos, Internet ha dado la posibilidad a cientos de grupos, entre ellos algunos tan famosos como Arctic Monkeys, de acceder al público, sin tener que pasar por el filtro de las discográficas que decidían hasta ahora quién publicaba y quién no.

10.- El acceso a los productos culturales tiene que ser gratis y eso es lo que consiguen las redes P2P

Cultura: ¡Falso! Las infracciones de derechos de propiedad intelectual realizadas a través de Internet (descargas ilegales) no pueden confundirse con el derecho de acceso a la cultura, una forma de libertad de expresión o de desobediencia civil legítima, ni tampoco como algo inevitable e intrínseco a la Red.

Antidecálogo:¡Verdadero! Las redes P2P democratizan el acceso a los contenidos culturales permitiendo disfrutar de obras que no se comercializan por falta de rentabilidad o porque están descatalogadas. La industria debe encontrar nuevas formas de rentabilizar sus activos. iTunes, Amazon y otras plataformas de pago ya han demostrado que se puede hacer.