09 diciembre 2008

Compartir es cultura

Wu Ming, que en chino significa «sin nombre», es un grupo de escritores italianos que reivindica la cultura popular frente al mercado literario. «Esta revolución no tiene rostro» (Acuarela) es una de sus novelas colectivas que a nadie dejará indiferente.
ABC
La revolución se llama Wu Ming
«Esta revolución no tiene rostro», del colectivo italiano Wu Ming /WU MING FOUNDATION
Actualizado Martes, 09-12-08 a las 11:03
Una actitud típica de muchos progres es considerar la cultura de masas como una especie de «opio del pueblo» laico. Desprecian la cultura popular por considerarla intelectualmente fofa e ideológicamente reaccionaria. La izquierda exquisita arrugó la nariz con los folletines de Dumas en el siglo XIX lo mismo que en la actualidad la arruga con los best seller y los videojuegos.

Para el «equipo de servicios literarios» Wu Ming, estos progres no pueden estar más equivocados. En «Esta revolución no tiene rostro» (Acuarela) exponen que la cultura popular es precisamente la única con verdadero poder para inspirar emociones, entre ellas, y para escarnio de la izquierda burguesa, las subversivas.
Una discusión tan vieja como la literatura misma. Hay quienes quieren ver en Shakespeare a un autor genial e innovador tocado por los dioses, otros fijan su mérito en asimilar los argumentos de los mitos clásicos. ¿Es el «Romancero» (anónimo) más verdadero que «Coplas por la Muerte de su padre», de Jorge Manrique? ¿Tradición y reelaboración o inspiración y forma innovadora?
Autor colectivoAlejándose de discusiones bizantinas, Wu Ming propone nada menos que una revolución mitad política, mitad estética, basada en las historias, los mitos y las narraciones compartidas. Una, en sus palabras "invitación a soñar con el resto de la humanidad", celebrando la cultura colectiva y de masas, que participa activa y anónimamente en la elaboración de estas narraciones.


Frente al escritor burgués encaramado en su torre de marfil, renegado de la sociedad y enfrascado en agrias masturbaciones intelectuales con su inspiración, Wu Ming propone el autor colectivo, que recoge ideas de otros, las transforma, les aporta una leve marca personal y vuelve a ponerlas a disposición de quien quiera acercarse a ellas. «La gente está más acostumbrada a los grupos de músicos, pero en los últimos diez años han aparecido grupos de escritores (y poetas) en Italia: Wu Ming fue el primero, pero después vinieron Sparajurij, Kai Zen, Babette Factory, Paolo Agaraff y muchos más», en palabras de Wu Ming 1, miembro destacado de este particular colectivo y que acaba de publicar en España «New Thing» (Acuarela). Así es como Wu Ming ve al escritor, un artesano (reniegan de la palabra artista) social, mezclado entre la multitud; un no muy fiel copista de las historias que nos contamos constantemente los unos a los otros.

La bella mitopoiesis
Para superar el barrizal creativo de la cada vez más exigua izquierda revolucionaria actual, Wu Ming propone la mitopoiesis. Una palabra tan rebuscada como bello es su significado: la reinvención constante de las historias e iconos que unieron, unen y unirán la sensibilidad de todos los seres humanos. Valga citar aquí la opinión que Wu Ming 1 tienen de los panteras negras, más desarrollada en el antes mencionado «New Thing» (poética mezcla de ficción y realidad circunscrita al contexto jazzístico y revolucionario de la Nueva Orleans de finales de los 60), «a los que se recuerda sólo por su estilo, pero no por lo realmente importante que hicieron, sus "programas sociales" para el gueto: desayuno gratis para los niños pobres cada mañana, zapatos gratis para la gente que no podía comprar pares nuevos, activistas para acompañar a los viejos que no podían ir de compras solos...Era lo que ellos llamaban "equipo se supervivencia prerrevolucionaria"».


No obstante, y pese al bagaje que arrastra de tópicos y clichés de la izquierda perriflauta, Wu Ming está mucho más cerca de los «Apocalípticos e integrados», de Umberto Eco, que de Manu Chao. Y en sus mejores pasajes, este libro-manifiesto tiene una fuerza lírica realmente notable, algo muy poco común en la literatura de propaganda.

La cultura de masas y los mitos populares
«Esta revolución no tiene rostro» recopila algunos de los textos de Wu Ming sobre su fresca e inspiradora manera de entender el arte, la política y la vida. Como toda recopilación de artículos (y más cuando son de varios autores, como es el caso) se resiente de cierta irregularidad. Los integrantes de este equipo de servicios literarios participaron en las movilizaciones antiglobalización de principios de década en Génova y Florencia y las experiencias y reflexiones recogidas en el libro probablemente interesen poco a quien no le importaron en su día estos acontecimientos.

Tampoco los textos sobre el estilo y la moda de la izquierda son tan ricos y estimulantes como aquellos en los que exponen sus teorías sobre la cultura de masas y los mitos populares, pero ya se sabe que es un mal endémico de este tipo de publicaciones. No hay lugar a dudas, sin embargo, de que este colectivo de escritores seguirá dando de qué hablar. Ya lo hizo en el reciente (y primer) festival oXcars de Barcelona donde, según Wu Ming 1, se pudo comprobar que «aún queda una larga lucha por delante, pero tenemos buenos luchadores y profetas muy preparados».

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