15 septiembre 2009

Sgae, que estás en todas partes

La SGAE mantiene su reclamación a los vecinos del Zaidín

Los grupos participantes en el festival, que culminó anoche, muestran su apoyo a los organizadores cediendo sus derechos a la asociación de vecinos del barrio granadino

E. P. / Granada | Actualizado 14.09.2009 - 20:55
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) mantiene su reclamación en concepto de derechos de autor a los organizadores del Festival de Rock del Zaidín, los vecinos del barrio granadino a los que los artistas participantes les han mostrado su apoyo a lo largo de los días en los que han celebrado sus fiestas, que culminaron anoche.

Así, en algunos de los conciertos, los propios músicos mostraron en el escenario su disconformidad con las exigencias de la SGAE, como fue el caso de Los Delinqüentes. El compositor británico Wilko Johnson comentó además a los organizadores del evento que en las veces que ha actuado en España "nunca ha cobrado un euro de la SGAE", según indicó el coordinador de los conciertos, Francisco Burgos.

Ese apoyo de los artistas se ha visto reflejado en un documento que los 12 grupos participantes han suscrito para ceder lo correspondiente a los derechos de autor de los conciertos celebrados a la Asociación de Vecinos, que cuenta con ese escrito, con todos los datos legales de los músicos, "para presentarlo ante el juez si la SGAE nos denuncia", mantuvo el presidente de la AAVV, Antonio Ruiz.

Por su parte, el director de la SGAE en Andalucía, Luis Ángel Lozano, dijo no tener constancia de que los autores hayan cedido sus derechos en este caso, si bien señaló que el trámite habitual, si éstos quieren hacer una donación, es comunicar su decisión a la SGAE. No obstante, dudó de que los artistas hayan renunciado a sus derechos "porque los derechos de autor son irrenunciables por ley".

"Me extraña muchísimo que hayan cedido sus derechos porque es mucho más fácil para ese autor dirgirse a la SGAE y decir que lo que le corresponda en ese concepto se le pague a la asociación, y nosotros automáticamente les pagamos una vez que se haya cobrado", mantuvo Lozano, quien resaltó por otra parte que una canción tiene "habitualmente" tres titulares de derechos, el que hace la letra, el que compone la música y el editor.

Lozano volvió a reiterar que la AAVV del Zaidín es "ni más ni menos que una incumplidora de obligaciones legales", por lo que criticó que se le esté "glorificando". En ese sentido, recordó que todas las asociaciones de vecinos y municipios del territorio nacional cumplen con sus obligaciones en concepto de derechos de autor, por lo que mantuvo que el proceso continuará si los vecinos de una de las barriadas más populosas de Granada no pagan lo que adeudan, que podría rondar los 15.000 euros.

"Lo que se le debería pedir a la AAVV es explicaciones, las cuentas claras y el cumplimiento de la ley, porque con 150.000 euros de presupuesto yo la actividad cultural no la veo, al margen de los conciertos. No veo ningún mérito en que organicen conciertos con dinero de fondos públicos para luego incumplir las normas legales", consideró el director de la SGAE en Andalucía.

El último intento de alcanzar a un acuerdo entre las dos partes se produjo el pasado jueves, en un encuentro en Granada al que asistió Lozano, los representantes de las instituciones subvencionadoras (Diputación y Ayuntamiento) y la AAVV, que optó por levantarse de la mesa antes de que la reunión concluyese.

Arte con mensaje

El arte no puede ser indiferente

El feminismo, el sufrimiento humano y la tragedia cotidiana son los temas de la Bienal de Estambul más política

ÁNGELES GARCÍA - Estambul - 15/09/2009

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Las bienales de arte sirven para reflexionar acerca de la creación. Lo que las distingue es el foco. Si la última de Venecia fue una especulación sobre el futuro, la de São Paulo propuso un parte de defunción de este tipo de acontecimientos. La 11ª Bienal de Estambul -hasta el 8 de noviembre- no pierde precisamente el tiempo con elucubraciones. Más bien sorprende por sus contundentes propuestas políticas y por sus radicales denuncias. La marginación de los pobres, de las mujeres o de los homosexuales son algunos de los temas que se tratan aquí.

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Los artistas tienen en torno a 30 años, con una presencia de mujeres muy alta

En las fotos de Blinova las manos reproducen los genitales femeninos

Cuatro mujeres jóvenes de origen croata, integrantes del colectivo Who, How & for Whom (WHW, 'Quién, Cómo y Para Quién'), han comisariado una edición en la que el sufrimiento humano es protagonista. En tres espacios diferentes se muestran 141 piezas firmadas por artistas de 40 países. María Ruido (Orense, 1967) es la única presencia española. En un vídeo de 30 minutos, Ficciones anfibias, habla de la fragilidad laboral a partir de la transformación sufrida por la industria textil catalana con la llegada de trabajadores chinos a comienzos de los setenta.

Las cuatro comisarias explicaron sus objetivos en un acto que más que la habitual rueda de prensa, acabó siendo una auténtica performance. Ivet Curlin, Ana Devic, Natasa Ilic y Sabina Sabolovic ilustraron con abundantes datos las razones por las que creen que el arte no puede vivir indiferente a las tragedias de su entorno.

El epígrafe unificador de la bienal es De qué vive el hombre, título inspirado en una canción de Bertolt Brecht. Pero sus promotoras rechazan con firmeza caer en el panfleto y recuerdan que el arte no es un coto reservado a las formas ni al puro experimento. La fotografía, el vídeo y el texto son armas que los artistas deberían, dicen, usar para llamar la atención sobre la injusticia. Recordaron también que la Bienal de Estambul siempre ha tenido un fuerte acento político por la propia ubicación de la ciudad, un puente entre Europa y Asia que, con sus casi 17 millones de habitantes, es un reflejo de las fricciones entre Oriente y Occidente. Las fronteras, las religiones, la realidad possocialista de los países del Este o las desigualdades sociales tienen aquí una presencia insoslayable.

Los artistas invitados a participar se mueven en torno a los 30 años. La presencia de mujeres es contundente (30 frente a 32 firmas masculinas), tanto en obras individuales como en colectivas. Y todos han tratado temas sociales en sus trabajos anteriores. El único homenaje al arte consolidado es una instalación del coreano Nam June Paik (1932-2006) en la que juega con rostros de mujer a través de 40 portadas de la revista Life.

El recorrido por los espacios de la bienal, unas viejas naves industriales junto al Museo de Arte Contemporáneo, una escuela griega y una antigua fábrica de tabaco, deja un regusto inevitablemente amargo. La pieza más celebrada por los especialistas que en las vísperas visitaron la Bienal es Democracias, una instalación de 16 proyecciones conjuntas realizada este mismo año por el polaco Arthur Znjninki. Es imposible salir indiferente tras contemplar las manifestaciones de trabajadores con brutales cargas policiales. No son menos brutales los gritos de ultraderechistas contra mujeres a favor del aborto. También hiela la sangre contemplar a curas polacos aullar desde los púlpitos contra esas mismas mujeres. Todo ello ocurre en el antiguo país comunista. Y el artista se pregunta si no hay más solución que vivir entre la barbaridad o el socialismo.

Los argentinos del colectivo Etcétera aportan la pieza con más fuerza visual de la bienal. Bajo el título de la Internacional Errorista aglutinan una veintena de figuras silueteadas que recrean el mundo del cabaret con personajes que, copa en mano, hablan de la muerte.

La escuela es otro de los temas que más preocupan a estos artistas. Jesse Jones (Dublín, 1978) habla en Zaratrustra de la necesidad de aprender como única manera para sobrevivir. Durante 16 minutos, la cámara recorre un aula sin niños. Los primeros planos de los pupitres vacíos, de la pizarra sucia y de las perchas sin abrigos denuncian cómo los políticos abandonan el futuro.

La iconografía más feminista la aporta el colectivo Canan Çenal con un vídeo en el que se observa en primer plano dos pechos de mujer goteando leche, en una clara metáfora del origen sobre la vida. Lidia Blinova (Almaty, Kazajistán, 1948) expone 10 fotografías en las que las manos juegan reproduciendo la forma de los genitales femeninos. La broma la ponen las artistas israelíes Ruti Sela (Jerusalem, 1974) y Maayan Amir (Hedera, 1978) con un vídeo titulado Beyond guilt, donde se ven las torpezas de dos actores durante la filmación de una película porno. Es, por descontado, la pieza más visitada de la Bienal.

14 septiembre 2009

Otro soporte para leer tus libros

Asus ultima Eee Book, su lector de libro electrónico de bajo coste

L. R. 10/09/2009

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El fabricante Asus prepara el lanzamiento de una gama de libros electrónicos para fin de año en su país, Taiwán. El objetivo es competir con los modelos ya disponibles de Amazon y Sony, entre otros, según confirmó el presidente de la compañía, Jerry Shen, al diario The Times.

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Sin especificar fecha de presentación ni su precio, el portavoz de la compañía en España confirma que los aparatos (aún en fase de desarrollo) podrían estar en los escaparates españoles en marzo de 2010. Su nombre: Asus Eee Book.

Como ya hizo con su primer miniportátil, Asus incide más en el precio que en las características del libro electrónico. Su departameento de I-D está ahora volcando sus esfuerzos en el producto. El objetivo es repetir el éxito de su miniportátil, Eee PC, para crear "un libro electrónico revolucionario por su precio ajustado", según Asus Ibérica.

La compañía mostró un primer prototipo del Asus Eee Book la pasada primavera en la feria Cebit. Eee Book tendrá doble panel de lectura para que su aspecto sea lo más similar posible a un libro y tanto la resolución de la pantalla como la duración de la batería serán sus principales virtudes.

La compañía tiene varios modelos en desarrollo con diferentes gamas de precio. La más básica ofrecerá el libro digital sin más mientras que las gamas alta llevarán incorporada conectivad 3G, pantalla táctil y todo lo necesario para que además puedan ser usados como miniportátiles. Según The Times el Eee Book incluso tendrá webcam y micrófono para hablar por telefonía IP.

Los críticos e internet

Disparar contra el crítico

DIEGO A. MANRIQUE 14/09/2009

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Entrevistando a artistas españoles, te habitúas a oír sus lamentos respecto a la crítica. Los críticos somos crueles y, se supone, no tomamos en cuenta las dificultades ambientales para crear música en España. Siempre me asombra esa cantinela: si algo caracteriza a la crítica española, sería precisamente su blandura, su mansedumbre, su complicidad con el artista. En realidad, suelen ser críticos más salvajes los propios músicos, sobre todo cuando se refieren a sus colegas cercanos, aunque finalmente no salga publicado: siempre recurren a la prerrogativa del off the record.

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La crítica musical, nunca muy valorada, se ve ahora asediada por la nueva democracia cibernética

El artista español, superviviente nato, tiene mirada de larga distancia: puede carcajearse de los aspectos más grotescos de Raphael pero, oye, estas maldades son para consumo interno, que igual un día termino haciendo un dueto con el monstruo de Linares.

El asunto es que ahora probamos el sabor acibarado de nuestra propia medicina. En la era Internet, el periodista está sujeto a las críticas de la audiencia: cualquier artículo puede provocar un goteo de comentarios. El anonimato permite además que no haya límites en la intensidad de los ataques. Ocurre en todos los campos, pero algo tan subjetivo como el gusto musical facilita que proliferen los insultos. Que provocan distorsiones: esas misivas, sean escritas en caliente o letalmente meditadas, no representan necesariamente al lector, al oyente medio. Pero duelen.

Poco acostumbrado al papel de punching ball, el crítico criticado se siente confuso. El periodista no debería entrar en esta profesión para ser querido pero, piensa, tampoco para acumular odios. La primera reacción es intentar explicarse, puntualizar sus palabras y desmontar argumentos contrarios. A veces, esas aclaraciones funcionan y se establece cierta tregua entre el plumilla y sus impugnadores. El proceso resulta enriquecedor: sumando matices, la crítica se hace más "constructiva". Idealmente, tus siguientes textos serán más nítidos, más ponderados.

Sin embargo, hay un tipo de recriminador que no se conforma con esas acotaciones, que no quiere llegar a un punto medio. Es el Vengador Implacable, que simplemente busca causar daño: puede desarrollar alguna vendetta particular o formar parte de esos escuadrones de protectores de artistas supuestamente maltratados, pistoleros cabreados que vagan por la Red buscando vaciar su cargador. Un ejemplo: tienen peligro algunos extremistas seguidores de Bunbury, enemigos de la profesión periodística desde que alguien detectó que el wunderkind zaragozano era muy liberal a la hora de reciclar versos ajenos.

Con los furiosos, no cabe argumentar. Al contrario, las respuestas parecen excitar su agresividad: intuyen que han tocado un punto sensible y meten más dedos en la herida. Así que se impone ignorarlos... con delicadeza. De alguna manera, su inquina es un cumplido. En un mundo donde se acumula la información hasta el hastío, ese comentario llegó al centro de la diana. El hecho mismo de que sigan leyendo o escuchándote, supone un paradójico triunfo. Hasta cumples una función social: permites que se desahogue gente airada.

En serio: debes aceptarlos como parte del paisaje, el equivalente a un fenómeno meteorológico más o menos incordiante. Incluso, con mucha buena voluntad, uno puede reconocer en ellos un añejo prototipo de crítico: el apasionado, el irrazonable, el ciegamente militante. Tienen opiniones fuertes, algo poco común en estos tiempos donde el asalto al canon ha desembocado en la banalidad del "todo vale". Pero razonar con ellos es peor que inútil: aparte de una pérdida de energía, un ejercicio enervante. Mal karma, como decíamos en tiempos hippies.

Hervé Di Rosa lee 32 Rue del percebe

"Nunca enmarcaré una botella de Coca-Cola"

Hervé Di Rosa. Artista

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A. PÉREZ - París - 14/09/2009 08:00

Lleva más de 15 años con su vuelta al mundo de la Internacional de las Artes Modestas. ¿Cuál fue la etapa precedente a la de Sevilla?

París norte. Su periferia. Es una ciudad dura. Yo he reevaluado los paisajes vernaculares. En medio del cemento que invita al rigor formal, unos humanos dan vida al lugar, son el lugar. Yo, más que pintor o escultor soy un creador de la imagen y el objeto. He hecho unos 20 cuadros en acrílico con un barniz muy espeso para decir: Era así como lo vi, en esa época determinada.

Usted es capaz de reconcer la genialidad de un artesano ebanista o en la cultura de las manufacturas industriales.

Es que es así. Cuando usted mira hoy una de esas figuritas perfectas que retoman personajes de los cómics de Marvel, de acuerdo, no son más que objetos de fábrica, copiados a millones de ejemplares. Algunos van para acompañar un menú McDonalds. Cierto. Lo que yo digo es que si deja pasar el momento del marketing y el consumo, cuando esos objetos ya no tienen interés comercial, usted puede mirarlos detenidamente. Y entonces verá que en el fondo del gabinete de estudios de la empresa mierdosa subcontratista que hizo las copias para McDonalds había un tipo, un creador. Cogió el original pongamos un Hulk del que habían comprado la patente, y reinventó el personaje, le puso un músculo así o asá, la cara de mala leche... Ese fue su genio.

Y entonces usted puede tomarlo y enmarcarlo y...

¡No! ¡Nada de eso! Lo que sí haré es tomar mi universo de diRobot o de Los René (personajes de una serie de dibujos de Di Rosa para Canal +) o de lo que sea, y confrontarlos a esas técnicas que desconozco. Nunca cogeré un personaje de la cultura popular, o una botella de Coca Cola que ya existe y la enmarcaré. Pero reconozco que mis personajes se nutren de la cultura de masas, y transformaré a mis personajes y a mi mundo en botellas, juguetes o lo que sea de cualquier material. También me interesó en mi etapa mexicana cómo artesanos del ex voto cogían a Batman y lo transformaban en alguien de su panteón.

Usted reconoce a sus fuentes de inspiración...

Quizá es menos prestigioso que decir Zurbarán, Goya, Bosco... Me inspiro de la cultura mass media para inventar personajes, formas y volúmenes nuevos. En mi última exposición en Nueva York, un crítico de un diario americano lo llamó "Neo-pop". No estoy de acuerdo. El Pop Art cogía lo que estaba en le marketing y lo llevaba a las galerías de arte. Yo hago lo contrario: creo personajes y mundos que reconocen sus fuentes de inspiración populares y mediáticas, y ellos son los que llevan al arte contemporáneo lo que sea. Warhol, Jeff Koons y Liechtenstein hablaban rara vez de sus fuentes. Nosotros hablamos constantemente. Pero puede haber algún encuentro.

Y en Sevilla, ¿qué hará?

De momento estoy devorando tomos enteros de recopilaciones de tebeos de Bruguera. A ver... ¿Era 32 rue del Percebe? ¿Mortadelo y Filemón? ¿Rompetechos? Son tebeos que me gustan... Ya veremos: pro y anticorrida me interesan, la semana santa también, como el flamenco. Igual se puede hacer algo en torno a la idea de la conquista de América. ¡Un tipo francés como yo, desde Sevilla, lo puede todo!

¿Sigue siendo lo que llamaba "comunista tendencia Pepito"?

Sí. Más que nunca.

¿Cómo traduciría, para un español, el concepto de "tendencia Pepito"?

Comunista tendencia Mortadelo y Filemón. Es decir: redistribución total de riquezas, pero sin ponerse uno demasiado serio.

Qué es peor ¿el mercado del arte con cotizaciones informatizadas o los funcionarios de la cultura?

Difícil escoger... Francia debe ser el último país con "inspectores de arte". Son funcionarios que miran las colecciones y dicen "Este año no ha hecho usted unas buenas compras" y esa es la base de las subvenciones. Además, el Estado compra a determinados autores. Es engorroso. ¿Sabe cuántas obras de Picasso compró el Estado antes de su muerte?... ¡Ninguna!

Las Artes Modestas de Di Rosa en Sevilla

La Internacional de las Artes Modestas desembarca en Sevilla

Hervé Di Rosa. 18ª etapa de la investigación sobre los cruces entre artesanado, cultura de masas, marketing y genio

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Un intestino rodea manos, pies y cerebros con cabezas. MIGUEL MEDINA
ANDRÉS PÉREZ - París (Francia) - 13/09/2009 21:30

El taller parisino de Hervé di Rosa todavía está repleto. El escondrijo luminoso y oculto en el barrio más meteco, críptico e impenetrable del norte de París sigue rebosando de amigos y de obras. Un intestino incrustado en cuerpos de gigantes y cabezudos se cruza con un robot metálico, a la vez espacial y africano. Hervé di Rosa, ese humano madurito que pinta y pinta rodeado de otros amigos humanos en medio del lío, está a punto de irse. Listo para abandonar París rumbo a Sevilla. Y no para perder

silla alguna, sino para iniciar la que será la 18ª etapa de una investigación artística planetaria.

Tras instalarse durante años en lugares como Foumba (Camerún), Miami (EEUU), Puerto Príncipe (Haití), París-norte (Francia) o Durban (Suráfrica), el artista iniciador de la corriente Figuración Libre en los años ochenta, y hoy abanderado de las Artes Modestas, se dispone a instalarse a finales de mes en Sevilla.

Gira polémica

Será la etapa número 18 de un tour mundial muy peculiar, una aventura artística muy particular y también polémica. Le valió, a mediados de los noventa, críticas aceradas del mismo y elitista microcosmos parisino que, en su día, lo ensalzó hasta nubes multimillonarias.

Di Rosa inició la corriente Figuración Libre en los años ochenta

Di Rosa está intentando alcanzar una síntesis preñada de futuro. Busca una especie de fusión entre el arte contemporáneo tal como lo conciben los barrios sofisticados de las capitales sofisticadas, los artesanados populares de todos los rincones del mundo, y la cultura mass media que nos inunda a todos. Con un objetivo loable: descubrir que el genio no forzosamente está donde el mercado y las cotizaciones informatizadas de artistas dicen que está. Tampoco está -el genio- donde los funcionarios de la cultura mundial dicen que está.

Si en Durban Di Rosa trabajó con artesanas que trenzan estatuillas africanas con cables eléctricos recuperados entre la chatarra, si en Bulgaria hizo lo propio con los trabajadores que construyen iconos de rezo ortodoxo -desviados hacia la herejía-,

si en Miami fabricó unas figurillas de poliéster que casi casi podrían regalarse en los McDonalds, ¿qué va a hacer ahora en Sevilla?

Misterio. "¡Bah! Ya veremos. No te olvides de que pasé cinco años antes de producir nada con las artesanas de Durban. Primero hay que llegar y comprender", explica el artista pincel en mano, colilla en el pico, con el típico deje cachondo de los pescadores de su ciudad natal, el puerto de Sète, en el sur de Francia.

Es un colega generacional de Robert Combas y Keith Haring

En las Artes Modestas, todo es modesto. Hasta las mudanzas. Desplazar todo el

follón que siempre arrastra este artista y constructor hasta un punto lejano del planeta podría ser un capricho con grúas, de esos que luego se exhiben en fotos de papel satinado. En realidad, en el caso de Di Rosa, el desplazamiento no cuesta un duro, y es el encuentro entre una pasión y una necesidad.

Pasión: una vuelta al mundo de las Artes Modestas forzosamente debía tener etapa en la tierra-encrucijada entre Africa, Europa y América, esto es la región sevillana. Sobre todo porque Di Rosa

-confiesa- llevaba años esperando poder plasmar su obsesión pro y anti corrida, su fijación por "una semana santa, que es fervor y Ku Kux Klan", y por el flamenco.

"Lo de la corrida no será en ningún caso un enfoque clasicista. Lo que me interesa es preparar una exposición de fetiches pro y anticorrida para el Museo Internacional de Artes Modestas de Sète", explica el artista.

De momento desconoce qué va a hacer en la capital andaluza

Además de la pasión sevillana, está la necesidad: Di Rosa, como cualquier hijo de vecino, aprovecha que, en este momento, ir a Sevilla le conviene por puro interés familiar. Representa acercarse a su esposa, destinada recientemente a un cargo de la capital sevillana, sin alejarse demasiado de sus hijos. Un apaño, pues.

La procesión va por dentro

El artista, colega generacional y artístico de Robert Combas y Keith Haring, se autodefine más como un especialista de las formas y de los materiales que como un pintor o un escultor. Cosa que no le impide ser un creador de primera línea, expuesto en galerías y museos de todo el mundo. Eso sí: como artista plástico, tiene una particularidad.

Reconoce la calidad artística de todas sus fuentes de inspiración, desde el trabajador de un gabinete de diseño de mecheros, hasta el artesano de la madera y los clavos en Camerún, pasando por los dibujantes de máscaras mortuorias mexicanas. Buena compañía para los penitentes de las procesiones sevillanas.