22 abril 2011

“El dinero público distorsiona el mercado de los festivales”

“El dinero público distorsiona el mercado de los festivales”: "

Albert Guijarro, codirector del Primavera Sound. / Foto: José Ángel García

Albert Guijarro, codirector del Primavera Sound. / Foto: José Ángel García


Próximo a inaugurar su XI edición, el festival Primavera Sound -del 26 al 28 de mayo en el Parc del Fórum barcelonés- presenta este año uno de esos carteles monumentales, ya marca de la casa, capaces de convocar sobre sus diferentes escenarios a más de 250 grupos y a una nutrida audiencia. Baste apuntar que en 2009, el año del inicio de su colaboración con la web musical norteamericana Pitchfork Media, se superaron holgadamente los 70.000 espectadores.


Animal Collective, The Flaming Lips, PJ Harvey, Belle and Sebastian, DJ Shadow, Fleet Foxes, James Blake o Low, por citar sólo unos pocos, suponen apenas la punta de este enorme iceberg indie, que en su nueva edición refuerza el apartado profesional, el Primavera Pro. De ello habla en esta entrevista Albert Guijarro, codirector del festival.


-Resulta contradictorio que cuanto más se habla de crisis en la industria de la música, más festivales apuestan por dedicar un punto de encuentro a los profesionales del sector.


-Todo el negocio se sujeta hoy por la música en vivo. Por eso el Primavera Pro se centra en la música en directo. Nuestro escaparate es ése: ver conciertos. Cuando la industria de la música se sustentaba en la industria del disco, las ferias de profesionales consistían en poner un expositor y recibir cedés de los grupos. Ahora no. Ahora vas a ver grupos y a verlos en su entorno. Ése es el escaparate que nosotros ofrecemos: más de 250 conciertos y otros 30 en el apartado profesional. La industria vive un momento de transformación, y los momentos de cambios son momentos de oportunidades.


-Lo decía porque en los últimos años han surgido otras propuestas en ese sentido, como el Monkey Week.


-Sí, pero no competimos. Primavera Pro tiene un carácter muy internacional, con 400 profesionales extranjeros acreditados, entre el 60 y el 65% del total. Nosotros empezamos el año pasado y la verdad es que lo hicimos de una forma muy natural. Siempre hemos contado con mucho público extranjero, pero a partir de nuestra colaboración con Pitchfork Media, el tótem de la música independiente, comenzamos a despertar la curiosidad de profesionales europeos y norteamericanos. Teníamos agentes, managers, discográficas, salas de conciertos… Lo que hicimos en 2010 fue crear el marco, facilitar espacios para el encuentro. Este año vamos más allá. Hemos reservado todo un hotel, el Hotel ME, con múltiples salas de conferencias, donde vamos a celebrar las actividades diurnas: conferencias, charlas, presentaciones… Y, por supuesto, también la parte más informal. Somos de los que opinamos que los negocios, aunque terminen firmándose en un despacho, muchas veces se inician con una copa en la mano.


-Primavera Sound es hoy una marca tan consagrada que uno tiene la sensación de que un amplio porcentaje de su público decide su asistencia casi al margen del cartel.


-Sí, es cierto, es un porcentaje muy alto. Pero ése ha sido un trabajo de muchos años, de hacer que el público vaya interiorizando que va al festival a descubrir grupos. Hoy podemos vender 15.000 entradas habiendo anunciado sólo 10 bandas de las 200, o 1.000 abonos con un un año de antelación. Y si es así, es porque nuestro público tiene la garantía de que, además de ver a nombres consagrados, cada año va a descubrir cinco, seis, siete u ocho grupos… Los que le de tiempo.


-¿En qué medida ha influido en el crecimiento del festival la colaboración con Pitchfork?


´-Fue un punto de inflexión en la trayectoria del Primavera. Nos ha ayudado a rebuscar todavía más qué nuevas ideas, qué nuevos grupos interesantes están surgiendo, a adelantarnos a otros festivales. Pero también a proyectar la imagen internacional del festival, a crear esa curiosidad por lo que está ocurriendo en Barcelona.


-Primavera Pro cuenta con el apoyo del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), que lleva años alentado iniciativas similares. Sin embargos, los grupos españoles que se hacen escuchar fuera, hasta la fecha logran sus objetivos por otras vías…


-No es un tema fácil meter el pie en un mercado dominado por los anglosajones, pero hay quien lo ha conseguido, como Suecia, que tiene siete millones de habitantes. Quizás tenemos que fijarnos en qué modelo han seguido. Creo que se trata de crear una relación entre esos grupos y los profesionales. Es como cuando las discográficas te dicen que se cansan de mandar material a Pitchfork y no les sacan nada. Pero lo que hay que saber es a qué bloguero hay que mandarle el disco. Cuando ese bloguero haya hablado bien de tu disco, igual lo saca Drowned in Sound. Y cuando Pitchfork vea que los de Drowned in Sound lo han sacado, igual hablan de ti. Es una escalera y hay que saber subirla, y saber además que Pitchfork no es el final. Ésas son las estrategias que explicamos a ICEX: durante el Primavera hay aquí montones de profesionales extranjeros. Aprovechémoslo.


-¿Qué presupuesto tiene Primavera Sound y qué porcentaje corresponde a dinero público?


-Este año, cerca de los 6 millones de euros. Una barbaridad, sí. Hasta 2010 el porcentaje de dinero público era del 1,80. Los 100.000 euros que nos daba el Ayuntamiento. Este año la Generalitat entra por primera vez, pero sólo en el Primavera Pro. Así que en total puede que lleguemos al 2,5%. Somos el festival menos subvencionado de Europa, por eso no entiendo cuando la gente se queja por recibir sólo un millón de euros en ayudas. Lo que eso consigue es distorsionar el mercado de los festivales. Es dinero que termina en las agencias inglesas y sirve para subir dos y tres veces el caché de los grupos. Eso no nos lleva a ningún sitio.


-¿Y de dónde sale ese presupuesto?


-Patrocinio, venta y consumo del público. No hay más. Nosotros hemos crecido de forma sostenible: conforme veíamos que podíamos vender más entradas, subíamos la oferta. El volumen de nuestro cartel, desde luego, no ha llegado de golpe. ¿Qué pasará con los festivales en España cuando dejen de llegar las subvenciones?


-¿Y qué pasará? En una conferencia en el Monkey Week lo escuché hablar de dos tendencias muy dispares…


-Creo que van a ser dos tendencias opuestas: la de los grandes festivales, con grandes montajes, y la de festivales para minorías, muy cuidados y en entornos atractivos. Aquí todavía no han llegado, pero empiezan a verse en otros países festivales muy curiosos que van más allá de la música. En Estados Unidos, por ejemplo, se están haciendo festivales en barcos, muy tematizados. Te vas una semana de crucero y estás viendo a grupos indies, de country o de blues. Creo que este tipo de festivales pequeños, para entre 1.000 y 6.000 espectadores, serán los más llamativos durante los próximos años.


-¿Cómo encaja Primavera Sound en ese escenario?


-Creo que será más difícil mantener a los grandes festivales basados en públicos minoritarios, pero es por lo que nosotros luchamos. Proponemos muchos escenarios capaces de unir a muchas minorías. Cualquiera de los artistas, incluidos los cabeza de cartel de este año, no convocarían en Barcelona por separado a más de 3.000 espectadores, mientras que en el Primavera los van a ver 35.000. Y eso con los hipotéticos cabeza de cartel, porque si hablamos del grupo tal que va a tocar en el escenario Pitchfork, quizás en solitario no fuera capaz de convocar a más de 200 personas, mientras que al actuar en el festival lo hace delante de 4.000.

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(Via La ventana pop.)

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