10 junio 2008

Háztelo tu mismo

'BOOM' DE LAS EDITORIALES BAJO DEMANDA EN INTERNET

Ellos lo escriben, ellos lo editan y ellos lo venden

  • En Lulu.com se venden cada día un total de 5.200 títulos
  • Alberto Vázquez Figueroa ha subido a Bubok 20 libros de descarga gratuita
  • Se ofrece al autor el 80% de los beneficios, lejos del 10% de los derechos de autor
Una de las obras que ha publicado Santyago Moro en Lulu.com.

Una de las obras que ha publicado Santyago Moro en Lulu.com.

Actualizado martes 10/06/2008 18:44 (CET)
RAQUEL QUÍLEZ (El Mundo)

MADRID.- La autogestión funciona en materia literaria. Huyendo del rechazo de las editoriales, cada vez son más los escritores vocacionales que optan por convertirse en sus propios editores. E incluso en sus propios libreros. Ellos lo escriben, ellos lo editan y ellos lo venden. Eso sí, con la ayuda de internet.

Según un informe hecho público en la Feria del Libro por la Confederación Española del Gremios de Editores de Libros (CEGAL), entre 2002 y 2006 las librerías españolas sufrieron un estancamiento en sus ventas. El estudio, que toma como muestra 622 establecimientos, evidencia que su resultado varía desde el 3,13% de beneficios de los más grandes hasta las pérdidas del 1,82% de los pequeños libreros.

En España funcionan alrededor de 30.000 puntos de venta de publicaciones y el decrecimiento es generalizado, de ahí que las editoriales se lo piensen mucho a la hora de arriesgar con nuevos autores -tienen que asegurarse de que sus títulos tendrán salida y no servirán sólo para incrementar stock y gastos-. Ante esta tendencia, la impresión bajo demanda reivindica su espacio.

Pionera en esta práctica es Lulu.com, una plataforma de auto publicación en internet que permite al escritor producir su obra y, además, quedarse con el 80% de los beneficios de su venta. El procedimiento es sencillo: el autor da forma al libro y lo sube a este portal. Una herramienta le ayuda a calcular cuánto le va a costar la impresión, según el número de páginas, la encuadernación, etc., y, con ese dato, él mismo fija el precio de la obra en función del margen de beneficios que desee.

Lulu funciona también como librería, al estilo de Amazon, ya que el catálogo de libros puede comprarse en todo el mundo a través de la red. Además, se le da al autor su propio número ISBN con el que puede distribuir sus obras a través de más de 60.000 tiendas minoristas.

Nacho Corredor es uno de sus usuarios. Tiene 18 años y ha publicado un libro sobre el último proceso de negociación con ETA, que incluye entrevistas a políticos como Iñaki Anasagasti y Eduardo Medina. Era parte de su trabajo de acceso a la universidad y se ha convertido en un título con cobertura mediática -Medina y Anasagasti le ayudan en la presentación-. "Nunca tuve pretensión de publicar, pero así no necesitas inversión ni contactar con las editoriales y tienes el control absoluto", cuenta. Se animó a lanzarlo y ahora presume de haber tenido 800 adquisiciones. Su precio, 12 euros.

Los escritores participan también en el diseño de la portada de sus obras.

Los escritores participan también en el diseño de la portada de sus obras.

Las cifrass de Lulu.com avalan esta práctica: el contenido creado en esta plataforma supera los 1.635.000 títulos -se suben cosas nuevas cada 2,5 minutos- y se venden a diario 5.200 títulos -en 2007 ascendieron a 1.900.000-. La web tiene dos millones de usuarios únicos al mes y sólo en España están registrados 74.387. Sus responsables no dan cifras de facturación -"los ingresos forman parte de los datos personales de los autores"-, pero sí precisan que los ingresos aumentaron en 2007 un 86% respecto al ejercicio anterior.

Modelo adaptado a España

El modelo -que también practican plataformas como Blurb y CreateSpace- acaba de ser importando a España por Ángel María Herrera, ingeniero y consultor que ha puesto en marcha Bubok, una 'start up' que practica la impresión bajo demanda. La fórmula permite que no tengas que ser un escritor de renombre para comercializar tu trabajo, pero hay muchos profesionales que también han decidido experimentar con ella como complemento a los cauces tradicionales.

Uno de los más entusiastas es Alberto Vázquez Figueroa, que ha subido a Bubok nada menos que 20 libros de descarga gratuita -ya en 2007 publicó su novela 'Por mil millones de dólares' simultáneamente en internet y en papel-.

El funcionamiento de Bubok es el mismo que el de Lulu. No hacen falta grandes tiradas para que un libro sea rentable. Se imprime bajo demanda y el autor recibe el 80% de los beneficios del precio que él mismo pone -lejos del 10% del precio de venta del libro que corresponde por derechos de autor-. Además, se ofrecen servicios añadidos como que las editoriales pongan online sus fondos descatalogados para producirlos de uno en uno.

Bubok nació en abril de 2008 y ya cuenta con 3.000 miembros y 700 obras.

Santyago Moro es otro de los escritores que se autoeditan. Desde 2005 ha publicado en lulu.com siete novelas, con un precio que ronda los 16 euros. "Siempre me ha gustado escribir. Así se da una oportunidad a quien quiera darse a conocer y también a aquellos que escriben y quieren tenerlo todo organizado en papel. Esto ayuda, pero luego tú tienes que moverte", explica.

Como ya ocurrió con la música, donde sitios como MySpace se han convertido en plataforma de lanzamiento de multitud de artistas, la democratización del talento ha llegado a la literatura a través de internet.

08 junio 2008

El futuro de la prensa musical

Mesa redonda en Territorios Digitales

Blas Fernández6 de junio de 2008 a las 10:49 am (La ventana pop)
Mesa redonda
Foto: Profesor Franz
Pese a lo inabarcable del tema planteado, El futuro de la prensa musical –así, a lo amplio–, ayer me fui satisfecho de la mesa redonda convocada por Territorios Digitales, en la que participamos Rob Young (The Wire), Manu González (Go-Mag), Bruno Sokolowicz (Scanner FM) y un servidor, todos moderados por Elena Cabrera.

Elena nos había planteado un cuestionario previo con los asuntos que pretendía tocar, pero pese a que nos extendimos más de la cuenta no hubo tiempo para todo. Por ejemplo, se quedó fuera el presunto bloqueo que las discográficas pudieran estar llevando a cabo contra los medios on line, cosa que no termino de ver clara. Bien al contrario, opino que los sellos están encantados con cualquier posibilidad de promoción, venga de donde venga, y que las trabas para dar una imagen lo más ajustada posible del objeto de la información –por ejemplo, enlazando en streaming la canción que acabas de citar en la reseña de un disco– llegan antes por parte de las entidades de gestión de derechos de autor que por las discográficas (Sokolowicz, poco antes de sentarnos, me contaba que en el caso de las emisoras on line la SGAE no se contenta sólo con que le pagues, sino que además te obliga a meter su logo en lugar bien visible).
Personalmente se me quedaron fuera también otras cuestiones al margen del guión previo (blogs de periódicos vs blogs independientes, confluencia multimedia, el mito de la falta de rigor de la información en internet…), aunque de una manera u otra, incluso de forma tangencial, fueron apareciendo.
Las imágenes que me quedan, en cualquier caso, podrían ser más o menos éstas:
-Rob Young defendiendo el modelo de negocio tradicional de la prensa musical, ése que, por otro lado, le va estupendamente. “Nos gusta el papel”, vino a ser su legítimo discurso, argumentado en ocasiones, eso sí, con ejemplos insostenibles, como el de equiparar la retroalimentación que provocan los comentarios a las entradas de un blog con la tradicional carta al director. Ni de lejos, vaya. Por lo demás, estuvo bien.
-La imposibilidad de perfilar, como quería Elena, el retrato robot único del periodista musical del futuro. Aun así, cabe apuntar algunos rasgos ideales: con criterio, buen uso del lenguaje, independiente, conocedor de las nuevas tecnologías (¿qué menos?) y con capacidad para emocionar al lector.
-Las publicaciones tradicionales han encontrado en los blogs un vivero de nuevos periodistas musicales y se nutren de ellos, pero muchos de quienes estamos en el periodismo musical desde antes de la irrupción de internet hemos hecho el camino a la inversa, manteniéndonos tanto en el soporte tradicional como en el nuevo, sin mayores problemas.
-La más que probable coexistencia de ambos formatos, en mi opinión dirigiendo el nuevo hacia la inmediatez de la noticia y el viejo hacia el análisis y la reflexión, sin perjuicio de que el segundo pueda cumplir también este último papel.
-El reconocimiento, más o menos explícito, de que ante la evidencia de que las cadenas públicas de radio y televisión no cumplen con los preceptos que están en la propia base de su creación, más nos vale a los a los aficionados a la música pasar a la acción que quejarnos. “¿Para qué queremos la televisión si tenemos internet?”, plantee yo.
-Manu González, Sokolowicz y un servidor coincidiendo en un punto, por otro lado, obvio: la figura del crítico que sienta cátedra, que fija el dogma, está a punto de pasar a la historia, si es que no la he hecho ya. En mi caso, intenté explicarlo en estos términos: la crítica ha estado décadas pidiéndole a los músicos que acepten sus opiniones, que acepten sus críticas; es hora de que la crítica acepte hoy que los lectores, que son también emisores, pueden discrepar de sus opiniones y hacérselo saber. Y no pasa nada por ello.
-Carrascus, entre el público, comentando con tino que la fragmentación de la audiencia en torno a comunidades específicas de blogs está creando una especie de mapa de aldeas galas, y Sokolowicz, con no menos acierto, puntualizándole que sí, pero que son “aldeas galas cada una de ellas con un teletransportador” que te lleva a donde quieras.
-At last but not least –hubo mucho más pero el tiempo me apremia–, mi amigo el Profesor Franz celebrando tras la mesa redonda el hecho de que Young se enroque en la defensa del papel. “Es el formato idóneo para el sitio de mi casa donde suelo leer The Wire”, sentenció.

El Che

El Che Guevara habla árabe

  • 'Me enfadé cuando me di cuenta de que el revolucionario se convirtió en un producto'
Cartel de la película egipcia 'Viva Guevara'. (Foto: EFE)
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Cartel de la película egipcia 'Viva Guevara'. (Foto: EFE)
Actualizado domingo 08/06/2008 02:01 (CET)
Heba Helmy (EFE) El Mundo
EL CAIRO.- El Che Guevara no ha muerto; al contrario, está muy vivo y habla árabe. Éste es el eje del documental 'Viva Guevara', en el que la directora Maha Shahba muestra que el guerrillero sigue muy presente más allá del icono de moda.
La cinta, "que desde el principio es una aventura", no se limita a contar la vida del guerrillero argentino, sino que presenta durante una hora al personaje visto con ojos árabes: la película "es más un análisis de los Guevaras árabes y del símbolo revolucionario", ecplica Shahba.
Todo empezó cuando un niño de 10 años regaló a esta periodista y cineasta un llavero con la foto del Che y le dijo que no sabía quién era, pero que consideraba su imagen "cool" (enrollada, de moda).
"Me enfadé mucho cuando me di cuenta de que el revolucionario argentino se ha convertido en un mero producto, algo que es como su segundo asesinato. Entonces, decidí hacer una película para contar a la gente quién es Che Guevara", explica Shahba.
Más allá del archiconocido símbolo en paquetes de tabaco, llaveros, camisetas, gorras y hasta ropa interior, la directora se centra en lo que llama 'los Guevaras árabes', como el ex presidente egipcio Gamal Abdel Naser o el líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá. "Es que cualquier persona que diga NO a la injusticia y que defienda sus derechos, es un Guevara, y por eso hay muchos Guevaras", explica Shahba.
Pero además de estos Guevaras metafóricos, hay varios de carne y hueso, hombres y mujeres a los que sus padres, fervientes revolucionarios, han dado el nombre que llevó el Che.

Los otros Guevara

Así, una famosa corresponsal del canal de televisión Al Yazira, Guevara Al Budeiri, que arriesga su vida delante de los tanques israelíes para informar de la resistencia palestina, o los 300 niños palestinos que, según la misma Budeiri, llevan también ese nombre.
Junto a otros tres periodistas, Shahba pasó seis meses buscando y entrevistando a cualquier Guevara que pudiera encontrar, fuera en los pueblos de Egipto, Ramala, Gaza o Dubai, lugares todos ellos donde se ha filmado el documental. Y con imágenes de archivo del Che y de Abdel Naser, que fueron ofrecidas por la embajada de Cuba en El Cairo y la familia del líder egipcio, se hizo la película.
En la banda sonora del documental no podía faltar la famosa canción 'Hasta siempre comandante', paradójicamente al lado de otra en árabe que dice 'Guevara murió', del poeta egipcio Ahmed Fuad Negm.
La película, realizada de forma desinteresada por todo el equipo, cosechó su primer fruto cuando ganó el segundo premio del primer festival de documentales celebrado en mayo pasado en Abu Dhabi.
Su presentación causó una polémica entre el jurado del festival por mostrar el testimonio de una mujer que equipara al Che con el terrorista Abu Musab Al Zarqaui, o por comparársele con el clérigo chií Hasan Nasrala, jefe de Hizbulá. Pese a esta polémica, o tal vez gracias a ella, el Festival de Rotterdam ha pedido que participe en su próxima edición.
En cuanto a la simultaneidad de esta cinta con la de Steven Soderbergh, recientemente galardonada en Cannes, Shahba cree que ambas películas pueden ser complementarias: "Nuestra película da ganas al espectador de buscar más información sobre Che Guevara. Entonces, después de ver la nuestra, irá a ver la de Soderbergh para informarse mejor de la vida del guerrillero", dijo la directora con orgullo.

Historia de las tiendas de discos

Raza Records acoge la muestra 'Novedades discográficas'
La exposición homenajea en la tienda de discos la historia de los últimos treinta años de la industria
08.06.08 -CRISTINA VASCO (Norte Castilla)


Raza Records acoge la muestra 'Novedades discográficas'
Varias personas observan la exposición 'Novedades discográficas'. / RICARDO OTAZO
Portadas de cedés y vinilos, camisetas, carteles, deslizadores... con estos elementos, expuestos en las instalaciones de Raza Records, Ginés Martínez ha intentado reflejar los cambios que ha sufrido la industria discográfica en los últimos 30 años.

Integrada en la tienda de música, 'Novedades discográficas' intenta que los visitantes se «involucren» en la muestra, buscando las piezas, colocadas en distintas partes del local, con la ayuda de un mapa que le facilitará el personal de Raza. «Queremos que se puedan ver los discos y, además, visitar la exposición», explica Martínez.

Un homenaje a un elemento -el disco, ya sea en vinilo, cinta o cedé- que en los últimos años ha pasado de venderse en los mismos lugares donde se compraban los electrodomésticos a tener su propio tipo de tiendas. Ahora, ante un futuro incierto en el que el formato físico de la música está pasando a un segundo plano, Martínez quiere recordar y explicar, para los que no lo hayan conocido, algunos aspectos de los años dorados de las tiendas de música.

Lenguaje perdido

El canon digital y los derechos de autor se mezclan, en las 30 carátulas que se exhiben, con las referencias de tiendas de discos -como el cartel de «cajas vacías» con el que se advertía que, de robar algo, sería sólo un trozo de plástico inservible-, los titulares de prensa -'doscientos millones de copias vendidas'- y las portadas de grupos -existentes o imaginarios. Todo un lenguaje, el de las carátulas de los discos, que se va perdiendo ya que, como explica Martínez «en los modernos reproductores digitales de música puede leerse 'artista desconocido. pista 1' siendo ésta toda la infor- mación visual que acompaña a la canción en la mayoría de los casos».

El artista también ha querido representar en un «mural futurista», cómo será el mercado dentro de unos años. La idea parte de una foto de prensa en la que unos jubilados celebran la independencia de una república caucásica. En la fiesta aparecen las «viejas glorias» de la música que quieren demostrar «que el rock sigue vivo».

La pieza más cursiosa de la exposción es un reproductor 'tuneado': una grabadora a la que el autor ha añadido funciones como una entrada de prejuicios, un contador de tonterías, un botón de memoria y una entrada para el Espíritu Santo que convierten el electrodoméstico en una pieza única. Carteles, camisetas y dos modelos de deslizadores completan la muestra, que según asegura Martínez, pronto tendrá una extensión en forma de proyecto audiovisual «en el que queremos animar las portadas de los cedés e incluir más documentación».

De momento, y hasta que el proyecto salga adelante, la exposición se puede contemplar en Raza Records -calle Juan Agapito Revilla, 11- de martes a sábado, de 10.30 a 14.00 horas por la mañana y de 17.00 a 20.00 horas en horario vespertino.

80 años de realismo mágico, pero realismo

La gran biografía de Gabriel García Márquez

Gerald Martin pone punto final a su libro sobre el escritor

Xavi Ayén | Barcelona (La Vanguardia) | 08/06/2008 | Actualizada a las 03:31h

El próximo mes de octubre, tras una larga espera, la editorial británica Bloomsbury pondrá a la venta Gabriel Márquez. A life, una autor de Cien años de soledad escrita por el hispanista Gerald Martin, que ha estado trabajando en ella desde 1990. Los lectores españoles podrán disponer de la versión traducida al castellano en marzo del 2009, en la editorial Debate. El libro, de 586 páginas, desvela algunos aspectos poco conocidos de la vida del escritor, entra en detalles como sus activas intervenciones en las bambalinas de la política y los elementos autobiográficos que pueblan sus novelas - incluso en las más insospechadas- y también aborda cuestiones más delicadas, como su estado de salud y alguna cuestión de su vida privada.

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Laberinto de espejos. El periodo que abarca Martin (desde 1927, año del nacimiento del escritor, hasta el 2007) es el más amplio jamás abordado por un libro sobre la vida de García Márquez, ya sea la biografía El viaje a la semilla, de Dasso Saldívar, o las memorias del propio García Márquez, Vivir para contarla, que se detenían en los años cincuenta. La nueva obra refleja, sobre todo, la fuerza de la vocación literaria de García Márquez, alguien que era consciente de que "iba a ser el nuevo Cervantes" y que apostó todo o nada a la escritura de Cien años de soledad (1967), por la que dejó su trabajo remunerado y sometió a su familia a serios apuros económicos. El minucioso Martin desgrana el making of de todas sus novelas y, según afirma, "la gente se va a sorprender de la cantidad de elementos autobiográficos que hay en ellas, incluso en las que menos se sospecha, como en El otoño del patriarca, que escribió en los setenta en Barcelona, la ciudad donde vivió su crisis de los cuarenta y tuvo que enfrentarse por primera vez a los rigores de la fama. Ahí se dio cuenta de la necesidad de protegerse de los medios construyéndose un personaje. Y eso se ve en la novela - en la necesidad del dictador de tener un doble, por ejemplo-, es como un laberinto de espejos".

Actor político. El libro es una biografía clásica, ordenada cronológicamente. Una de sus aportaciones es la demostración, con ejemplos, de cómo el colombiano ha participado activamente en la política. "Eso - cree Martin- va a sorprender a la gente por la intensidad y la extensión de su vivencia", que va desde la liberación de numerosos presos políticos en Cuba y la de secuestrados por la guerrilla hasta las entrevistas con jefes de Estado y de Gobierno para aflojar el ahogo económico a Cuba, sus intentos de avanzar en la unidad latinoamericana o de conseguir la paz en Colombia. "Sus enemigos hablan de su oportunismo y su debilidad ante el poder. Algo habrá de verdad - dice Martin-, pero yo muestro también cómo, sobre todo, desde hace 35 años, García Márquez ha trabajado políticamente para las causas en las que cree, de manera seria y movido por la coherencia. Le acusan de fingir protagonismo en la política internacional, pero ahora van a ver que ese protagonismo ha sido real". Así, el lector descubrirá que su pragmatismo y ganas de ser efectivo le movían a no participar en protestas contra Fidel Castro mientras, en privado, intentaba hacerle cambiar de política. Capítulo aparte merecen sus relaciones con Felipe González, "con el que discrepó seriamente cuando su gobierno apoyó la guerra del Golfo contra Iraq en 1990 o cuando España se distanció del régimen de Castro. Pero eso no le hizo romper su amistad. Para mí - prosigue Martin- sería muy difícil mantener a un amigo con una discrepancia total, yo no llego a esa grandeza moral. Para Gabo, la amistad se impone a todo lo demás".

Vida privada. Martin se revela como un biógrafo discreto, de contención anglosajona, aunque, por ejemplo, ha entrevistado a la guipuzcoana Tachia Quintana, la novia española que tuvo Gabo en París en los cincuenta y con la que le sucedió un hecho traumático. "No estoy muy orgulloso de mis primicias, yo no soy periodista ni he querido hacer un libro sensacionalista. Si digo cosas es porque creo que hay que decirlas, he tratado de escribirlo de una manera muy equilibrada, con respeto. El cariño que siento hacia él es obvio..., pero mi trabajo no es expresar mi cariño". Sobre la distancia entre García Márquez y Vargas Llosa, Martin afirma, prudente: "No sé lo que sucedió, porque tengo 20 versiones distintas. A mí no me han hablado los protagonistas, como no lo han hecho con nadie, lamentablemente".

Sin cartas. La tarea del biógrafo no ha sido fácil: "Ha habido discusiones complicadas, negociaciones informales, mucha discreción...". No ha podido tener acceso a demasiada correspondencia, ya que "García Márquez ha destruido la gran mayoría de las cartas que ha recibido y enviado. Hace más de treinta años que no escribe cartas porque sabe que, al final, los amigos las venden. Para él, la memoria es lo importante". Una memoria que, en los últimos años de su vida, le empieza a flaquear. "Para él, la vitalidad es muy importante y vive con cierta angustia los achaques que le han tocado en su vejez, en especial los que han interrumpido su proceso creativo. Me gustaría describir su envejecimiento y enfermedad de una manera que no fuera lastimosa, sino positiva, como es el propio Gabo". ¿Qué opina Martin, por cierto, de los rumores que indican que García Márquez ha acabado una nueva novela? "Me sorprendería mucho...".

Una última declaración

En el epílogo del libro, Gerald Martin se refiere a la entrevista con Gabriel García Márquez que el Magazine de este diario publicó el 29 de enero del 2006. La llama "entrevista sorpresa" y mantiene la tesis de que "no fue algo improvisado" sino que "parece que había habido una reunión familiar en la que se decidió, dadas las circunstancias, hacer una última declaración seguida de una retirada. Después, el silencio". En aquel encuentro, García Márquez habló de Martin como su "biógrafo oficial", mientras que este prefiere definirse, con ironía, como "biógrafo tolerado", ya que "Gabo me autorizó a escribir el libro, me dijo que no se opondría ni obstaculizaría que hablara con su gente. Pero podría haberme dicho: ´Gerald, yo te nombro mi biógrafo autorizado, te voy a dar todas mis agendas, mis cartas, acceso a todas mis intimidades´. Nunca hizo nada parecido. Yo me enteré de que era su biógrafo oficial al leer aquella famosa entrevista. No digo esto para parecer desagradecido, al contrario, siento una enorme gratitud hacia García Márquez por su colaboración, aunque la gratitud no sea la mejor motivación de una biografía. Nos hemos llevado muy bien, teniendo en cuenta que era difícil. A nadie le gusta tener un biógrafo...".

Háztelo tu mismo

Los cineastas de la era YouTube

Un grupo de directores intimistas revoluciona la industria 'indie' en EE UU - La crítica los etiqueta como la "generación háztelo tú mismo"

ANDRÉS SÁNCHEZ BRAUN - Madrid (ElPais.es) - 05/06/2008

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Todo empezó como una broma. En un bar de Austin (Tejas), coincidiendo con la celebración del festival de cine independiente South by Southwest, un técnico de sonido bautizó al grupo como movimiento mumblecore (estilo farfullante). Han pasado más de tres años, y el término no sólo ha perdurado como etiqueta para este conjunto de realizadores estadounidenses en torno a la treintena, sino que se ha impuesto a otros calificativos acuñados por la crítica como "cineastas de cabecera", "slackavettes" (que sería algo así como "John Cassavetes en clave ligera") o "generación háztelo tú mismo".

La noticia en otros webs

Más que una actitud, es un movimiento estético

Sus historias versan sobre veinteañeros obsesionados con el salto a la madurez

En cualquier caso, este puñado de jóvenes cineastas que rueda con escuálidos presupuestos y que apenas cuenta con distribución comercial ha logrado atraer la atención de los medios estadounidenses. Todo desde que Andrew Bujalski, el más laureado de todos ellos, mencionase el término mumblecore en una entrevista. Poco importó que tanto él como el resto de directores estuvieran en desacuerdo con el término; la etiqueta enmarcó a la primera generación independiente surgida en las dos últimas décadas al margen del festival de Sundance.

Y pese a que efectivamente el mumblecore puede calificarse más como una actitud que como un movimiento estético, es innegable que las películas de Andrew Bujalski, Joe Swanberg, Aaron Katz o los hermanos Duplass comparten algunos elementos: los ínfimos presupuestos (la mayoría rueda en vídeo digital), economía narrativa y argumentos centrados en protagonistas veinteañeros enfrentados a los dilemas que plantea la madurez. El otro vaso comunicante es su gusto por los diálogos naturalistas, cargados de muletillas y declamados de forma atropellada (de ahí lo de mumble, farfullar en inglés). "Prácticamente todo lo que dicen los actores se improvisa al momento. Nunca escribo los diálogos, aunque tenga pensado el desarrollo de las secuencias y de la trama", explica el prolífico Joe Swanberg, que desde su llamativa y sexualmente explícita ópera prima Kissing on the mouth (2005) ha dirigido otros tres largometrajes.

Por su parte, el proceso de Jay y Mark Duplass a la hora de dirigir parece ser el mismo que cuando empezaron a rodar películas caseras con la videocámara que su padre les regaló en 1982. "Aunque trabajamos con un guión y una estructura cerrada, dejamos que los actores improvisen cuanto quieran, que jueguen dentro del marco de su personaje lo que les apetezca", asegura Mark, el mayor de los Duplass. "En realidad, es difícil establecer qué porcentaje del texto viene de la pura intuición de mis actores. Lo que sé es que si me interesara tener un control total sobre el guión y la película, me haría novelista", aclara Andrew Bujalski, cuyo filme Mutual appreciation (como el resto, aún sin distribución en España) fue calificado por The New York Times como uno de los títulos imprescindibles de 2006.

A este grupo tan heterogéneo le cohesiona Internet. No sólo porque MySpace les sirva para promocionarse o como herramienta para mantener el contacto y compartir experiencias profesionales. Su estilo amateur converge con el voyeurismo propio de la era YouTube y muchos de ellos se sirven además de la Red para distribuir sus obras, como es el caso de Joe Swanberg o Michael Tully, que han firmado series como Young american bodies o Butterknife para su visionado exclusivo en el ordenador. "El mercado audiovisual ha sufrido una profunda transformación por Internet. Es al espectador al que le está llevando más tiempo adaptarse a las nuevas maneras", dice Swanberg, quien, al igual que sus compañeros de generación, no descarta dirigir películas en Hollywood. "Aun así, pienso seguir haciendo cosas para Internet, y quizá acabe siendo mi único terreno".