17 julio 2010
Vigilar es reprimir
Vigilar es reprimir: "Muchos de los artistas que iniciaron su carrera tras la Segunda Guerra Mundial partieron de dos premisas: que su arte debía ser democrático, enfrentándose así a las ideas totalitarias, y que el individualismo implícito en la autoría se debía diluir, intentando prescindir de la impositiva arrogancia del creador sobre el público. El nuevo arte que emanó de aquellos presupuestos tendría que ser activo y participativo, el público debería dejar de ser mero contemplador pasivo para convertirse en coautor de la obra. Surgió así el happening, un tipo de obra en la que el artista realiza una proposición y el público actúa y participa libremente para llevarla a cabo. Detrás de estos propósitos anidaba una voluntad de recuperar cierto sentido revolucionario implícito en la idea expuesta por el alemán Wolf Vostell en la fórmula arte = vida, que transmitía la idea de que cualquier acción humana puede ser considerada una obra de arte."
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