01 febrero 2009

Andaluces levantaos que os cobran el himno

En la Propiedad Intelectual hay dos registros, de Jesús Bola y de Juan Lebrón
Un detalle que no hay que pasar por alto en toda esta cuestión del Himno de Andalucía es que ninguno de los nueve registros que de él hay en la SGAE coincide con los tres de la Propiedad Intelectual, que son los únicos que tienen validez a efectos legales. En el Registro General de Madrid hay dos obras inscritas como «Himno de Andalucía» y ambas pertenecen a Jesús Carmona González, nombre de pila del productor musical Jesús Bola. Los dos registros son del 7 de mayo de 1993. Y en la delegación de Sevilla hay otro himno a nombre del productor cinematográfico Juan Lebrón, quien aclara que «se trata de una pieza audiovisual que hice para Canal Sur con motivo de una gala del día de Andalucía en la que cogimos el himno y lo sincronizamos con imágenes de la Comunidad. Yo figuro como director de esa pieza audiovisual, pero eso nunca se comercializó».

Publicado Domingo, 01-02-09 a las 12:08
El 9 de julio de 2001, la Junta de Andalucía aprobó en Consejo de Gobierno un decreto por el que recibía de manos de la familia de Blas Infante la propiedad de la casa en la que éste vivió en Coria y los derechos de autor del Himno de Andalucía. Sin embargo, la Sociedad General de Autores y Editores mantiene el registro de esta obra en su base de datos a pesar de que la familia renunció a cobrar por ella. Es decir, la letra del Himno de Andalucía es de libre uso, y su música más conocida, la del maestro Albero, es lo único que faculta a la SGAE para cobrar por la representación pública del mismo. Pero en total hay nueve registros con ese título y sigue apareciendo el nombre de Blas Infante en tres de ellos. La obra «Himno de Andalucía», codificada como 141.084, tiene tres creadores según el archivo de la Sociedad: Blas Infante Pérez, Jesús Gluck Sarasibar y José Blas Vega del Valle. En la codificada como 153.551 sólo aparece Blas Infante. Y en la 432.237 están Infante y José Albero Francés.
Los otros seis registros pertenecen a adaptadores, salvo en tres casos en los que los autores están inscritos como compositores integrales de la pieza: dos del director de orquesta alicantino Miguel Sánchez Ruzafa y otro a nombre de Juan Gabriel García Escobar, hermano de Manolo Escobar.
Según Luis Lozano, delegado de zona de la SGAE en Andalucía, «debe tratarse de piezas musicales que no tengan letra, por lo que no necesitan el permiso de la familia». Dicho permiso no es necesario en ningún caso tras la donación, ya que tras ese acto por parte de la familia la obra pasó a ser de dominio público y, según añade el propio Lozano, «si una obra es de dominio público cualquiera puede cogerla y adaptarla con su propio nombre. Sólo si tiene un autor, el adaptador tiene que pedirle permiso». Sin embargo, Blas Infante no ha sido retirado de sus registros, por lo que en la aplicación de las tarifas su obra sigue apareciendo.
Rocío Jurado no está registrada
Todo se retuerce aún más con las palabras de Estanislao Naranjo Infante, nieto del creador: «Cuando se vendió la casa de mi abuelo a la Consejería de Relaciones Institucionales, en esa misma escritura pública se le donó al pueblo andaluz todos los derechos del Himno, pero hasta entonces nosotros sólo habíamos cobrado por una versión, que es la que cantó Rocío Jurado en la película “La Lola se va a los Puertos”». Esa versión no está entre las nueve de la SGAE. Ni otra que Naranjo Infante etiqueta como la original en lo que a la música respecta: «La música está sacada del Santo Dios, que es popular de los Escolapios. La versión original para banda la hizo José del Castillo. Después se hizo la versión de Albero que es la más conocida. Pero de ninguna de las dos hemos cobrado un duro nunca». Y es que la de Del Castillo tampoco aparece en la lista. Pero hay más. El nieto de Blas Infante no conoce a ninguno de los autores que aparecen en los tres registros en los que está el nombre de su abuelo, salvo a José Albero.: «¿Jesús Gluck, José Blas Vega? Desconozco completamente a esas personas y no me parece correcto que cobren por el Himno porque se supone que la SGAE debe controlar eso y nosotros no sabemos nada».
Luis Lozano, por su parte, aclara que «la versión del himno que más se utiliza es la del maestro Albero, pero genera pocos derechos porque la mayor parte de sus comunicaciones públicas se hace en sitios donde no se cobra. La ley dice que no se cobra en actos civiles, religiosos o militares, así que sólo cuando se interpreta en televisión ese himno genera derechos, por lo que son escasos».
Lo curioso es que, sean los que sean, los derechos de la letra de Blas Infante se sigan gestionando en la SGAE a través de tres registros en 2009, ocho años después de que las tres hijas del autor, María Luisa, María Alegría y María de los Ángeles, suscribieran un acuerdo con la Consejería de Relaciones Institucionales por el que cedían a la Junta los derechos sobre los símbolos de Andalucía. Este acuerdo, refrendado ante notario el 26 de diciembre de 2001, incluía también la venta de la casa de Blas Infante en la localidad sevillana de Coria del Río, Villa Alegría, y de cuatro hectáreas de terreno colindante, por un importe de 2,95 millones de euros, con destino a servir de sede de la Fundación Centro de Estudios Andaluces.
Además, el convenio final recogió el decreto de la Junta «por el que se convalida la aceptación de la donación a la Comunidad Autónoma de Andalucía efectuada por las herederas de don Blan Infante Pérez y don Luis Infante García, de la bandera y el escudo de Andalucía, de los derechos registrados en la Sociedad General de Autores sobre la letra del Himno de Andalucía que era propiedad de la familia, así como de los derechos que pudieran corresponderles sobre el escudo, la bandera y la música del himno». Música que, según su nieto, tiene su origen en el «Santo Dios», un canto religioso que el propio Infante ya cantaba en sus tiempos de escolar en los Escolapios de Archidona, en Málaga, y que posteriormente oyó entonar a campesinos de diversos puntos de la región durante las faenas de la siega. En definitiva, pese a que tanto la letra como la música fueron anotadas por Blas Infante, su origen es netamente popular.

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