09 noviembre 2008

Escritores españoles al otro lado


Publicado Sábado, 08-11-08 a las 05:25
Quinientos escritores en lengua española que vendan 5.000 libros cada uno en los Estados Unidos: eso es lo que hace falta para despertar un mercado editorial dormido de entre 20 y 25 millones de lectores potenciales. Esa es una de las conclusiones del debate de editores y libreros norteamericanos sobre el futuro de la edición en español organizado esta semana en Nueva York por la Ameritas Society y el Hispanic New York Project del programa de estudios americanos de la Universidad de Columbia.
Participaron representantes de las divisiones en español de editoriales como Random House y Harper Collins, del gigante americano de las librerías Barnes & Noble y de la plataforma America Reads Spanish. Todos ellos se enfrentaban a un reto que hace tiempo que lleva de cabeza a la industria editorial: si en Estados Unidos hay 45 millones de hispanohablantes, la mitad de ellos perfectamente capaces de leer en esta lengua —«un Chile entero», en palabras de Milena Alberti, de Random House—, ¿por qué cuesta tanto convertir eso en un mercado lector fértil y vivo? ¿Por qué no hay un cuerpo lector en español verdaderamente transnacional, y no una mera agregación de minorías que leen a autores de su país, sea España, Colombia o Argentina?
Claudio Remeseira, director del Hispanic New York Project, se niega a ver en ello una mera inercia inevitable del mercado y anima enérgicamente a corregir algunos factores: se queja por ejemplo de que hasta ahora las editoriales norteamericanas se han interesado poco por lo hispano y que el corazón editor hispano, que está en Madrid, se ha preocupado poco de volver a descubrir América. No ha puesto suficiente énfasis en promocionar autores medianos o menores o simplemente poco conocidos aún.
Pasividad en España
La diferencia, para Remeseira, es que mientras las editoriales estadounidenses empiezan a reaccionar, a fichar latinos y a abrir nuevas y ambiciosas divisiones en español, en España y otros países hispanos se sigue manteniendo la pasividad ante el mercado norteamericano. Pateárselo a fondo, autor por autor, sería la manera de crear un hábito y una curiosidad de lectura, un campo abonado a medio y largo plazo.
Los participantes en el debate estimaron que un autor tiene que vender 5.000 ejemplares de una obra en los Estados Unidos para que la editorial no pierda dinero. Dadas las proporciones enormes del país, no es un éxito de ventas ni mayúsculo ni inalcanzable, según Remeseira. Sólo se requiere fe y constancia.
Los debatientes concluyeron que incluso bajo la espada de Damocles de la crisis las perspectivas de este mercado son buenas y no pararán de mejorar durante los próximos treinta años. Por la sencilla razón de que la explosión demográfica hispana en Estados Unidos no se va a detener, y además las nuevas generaciones cada vez estarán mejor educadas y predispuestas a la lectura, incluso en su lengua madre.

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