10 octubre 2008

Cómics en la Casa Encendida

El cómic declara su independencia

La segunda edición de Avantcómic reúne en Madrid a algunos de los autores de las viñetas más innovadoras

Javier Pulido Madrid | 09/10/2008 | 2 comentarios | + 2 - 1 (3 votos)

Ilustración de Jean Christophe Menu para Lock Grove Comix

Ilustración de Jean Christophe Menu para Lock Grove Comix Jean Christophe Menu

Hay vida inteligente en el cómic más allá del fenómeno manga o los hipermusculados héroes de Marvel o DC, pese a que la obra de artistas comercialmente suicidas no siempre llegue al gran público. Su trabajo es el objeto del encuentro internacional Avantcómic, centrado en las nuevas formas de cómic. "Por nuevo cómic entendemos el independiente, aquel que investiga sobre el propio lenguaje de la historieta y no se adapta a las normas de mercado", asegura Jorge Díez, uno de los comisarios de la segunda edición de un encuentro que este año tendrá lugar en La Casa Encendida (Madrid), del 9 al 11 de octubre.

"Avantcómic explorará este año las relaciones entre el cómic y otras disciplinas contemporáneas", adelanta Díez. Para ello contará con la presencia de Lorenzo Mattotti (responsable de la autobiográfica L'Uomo alla Finestra), Eun-Sung Kim, Christian Passer y Jean-Christophe Menu, que es autor, director de la revista L'Eprouvette, defensora del cómic más independiente, y teórico de la viñeta.

Sin miedo a la hoja en blanco

La edición de este año cuenta con la presencia del ilustrador Pere Joan (autor de obras como Pasajero en tránsito o La lluvia blanca), que irá dibujando en cuartillas en blanco las imágenes que le sugiera el encuentro. Dichas imágenes se podrán ver de forma simultánea en una gran pantalla habilitada por la organización.

En Avantcómic también se podrá disfrutar de la proyección de la película Peur(s) du noir, que se ha podido ver en el Festival de Sitges. Se trata de una obra colectiva compuesta por seis piezas de Blutch, Charles Burns, Marie Caillou, Pierre di Sciullo, Lorenzo Mattotti y Richard McGuire. Todos ellos hablan en sus respectivos fragmentos, en riguroso blanco y negro, de sus pesadillas y terrores más íntimos. Dos de los autores, Valérie Schermann y Lorenzo Mattotti, presentarán la obra al público.

Las jornadas se complementan con un taller de cómic impartido por Kiko da Silva, director de la revista gallega BD Banda y la colección de álbumes homónima, y por Ángel de la Calle, autor de Modotti, una mujer del siglo XX, nominada a Mejor Obra y Mejor Guión en los Premios del Saló del Còmic de Barcelona.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La crisis del siglo
Artículo publicado en Le Monde Diplomatique, escrito por su director, Ignacio Ramonet

Los terremotos que sacudieron las Bolsas durante el pasado "septiembre negro" han precipitado el fin de una era del capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado. Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes. Regresa el Estado.

El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de Economía: "Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo". Se termina el periodo abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: "El Estado no es la solución, es el problema". Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.

La "edad de oro" de Wall Street se ha acabado. Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, "amos del universo" denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades (1987). Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo. Por la búsqueda de beneficios exorbitantes. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas a corto abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds... La fiebre del provecho fácil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el montante de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca "burbuja" ha reventado.