Domingo, 19-10-08
Abrir las puertas de un centro con 2.500 metros cuadrados, dos salas y un patio mientras coordina una compañía veterana no suele dejar mucho tiempo para nada más. Centrado en su nuevo proyecto, Iniesta ha cumplido un sueño.
-¿Qué posibilidades ofrece el nuevo teatro?
-Muchísimas. Estábamos en Curtidurías en una nave muy limitada con dos salitas, con condiciones precarias. La mayor nos la quitaron por la especulación inmobiliaria. Se usaban mucho para los ensayos de Atalaya. Aquí tenemos espacios libres: aulas, biblioteca, salas...
-Desde sus días en Madrid al frente de La Lejanía, en los 80, eligió olvidar el camino fácil y dedicarse de lleno a la Investigación. Evita las modas y arriesga en sus montajes, ¿qué le atrapa de esta manera de entender el teatro?
-Yo el teatro no lo concibo como un mercado, una profesión exclusivamente o forma de ocio. El teatro es arte y esto implica que la mayor parte del tiempo se dedique a investigar, no a dar un resultado. Cualquier artista se pasa años aprendiendo y meses investigando.
-Ahora abre las puertas de un centro de gran infraestructura, único dedicado a este tipo de teatro en Sevilla...
-No sólo en Sevilla. Es el único centro de investigación teatral en España. Un espacio así en la periferia, no sabemos cómo responderá la gente. De entrada, no nos lo planteamos como una sala alternativa o teatro con cartel semanal al uso, sino por ciclos. Ceñimos la programación a cuatro parámetros: maestros internacionales como Odín Teatret, TTB o Leo Bassi que estarán estos días dentro del ciclo Mitin, que inaugura la temporada. Obras de Atalaya y TNT, porque antes de tener este centro nuestros espectáculos sólo se veían en Sevilla dos o tres veces; la gente del distrito, como espectadores y proponiendo sus espectáculos. Y el Proyecto Imarginario, trabajando con sectores marginales de la sociedad, gente del Vacie. Los martes vienen 20 mujeres gitanas y 20 niños a sus talleres,
-¿Removiendo conciencias?
-De eso se trata. Yo empecé a hacer teatro con Franco vivo y terminábamos en la cárcel porque intentábamos llevar nuestras inquietudes contra ese régimen. Años después intento hacer un teatro comprometido en la puesta del texto y a quién va dirigido.
-TNT es el tercero con mayor aforo en Sevilla y el primero privado en Andalucía...
-La responsabilidad es con el público y con nosotros. La mayor parte del coste del centro parte de nosotros con hipotecas y préstamos de familiares, los bancos no dan ni un euro. Las subvenciones no llegan ni al 50 por ciento de lo que ha costado. Además, dentro de 30 años será un centro para la ciudad y nuestra inversión se va a perder;por eso tiene que ver con las necesidades del público.
-¿Ha visto evolucionar al público en estos 25 años adaptándose a su estilo de propuestas?
-Sí, al público. A los gestores teatrales, no. Hay un retroceso porque hoy prima teatro de cabecera de cartel: un actor conocido de televisión que, salvo excepciones, tiene un nivel bajo en teatro. Eso es lo que llena los teatros hoy en día. Nosotros tenemos un público fiel en Girona, Alicante, Vigo...que hace que Atalaya siga viva.
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