Cada vez más el arte está demandando la participación del espectador que ya no se va a limitar tan sólo a mirar. La recientemente inaugurada Biacs de Sevilla es una buena prueba de ello, y por esta razón, la Fundación Cajasol ha querido sumarse al espíritu participativo de la Biacs, inaugurando una exposición que se titula «El color, el tiempo de los ritmos».
La muestra, que está comisariada por Concha Ramos, presenta obras de Manuel Salinas, José Soto, Gerardo Delgado, Raúl Belinchón, Luís Gordillo, Jaime Burguillos, José Ramón Sierra, José Piñar, José Mª Bermejo, Garikoitz Cuevas, Robert Polidori, José Guevara, Alejandra Freymann y Emilio Parrilla.
El nuevo proyecto de Escala explora el color como un elemento novedoso y necesario para despertar en el espectador diferentes reacciones dentro de la museografía contemporánea. Pero lo novedoso de esta muestra es la interacción, pues a través de la página web de Cajasol, www. cajasol.es, se ha instalado «banner» para que cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo tenga acceso a la muestra.
El visitante manda
El espectador va a poder de manera virtual, a base de filtros y colores, cambiar las salas e incluso musealizar las mismas desde su casa. «Y, además, se van a recoger la sugerencias de los espectadores para cambiar las salas del Espacio cuatro veces. Lo haremos con filtros, baños de pared etc., pero se cambiarán desde la inauguración hasta el día 28 de diciembre».
Las obras de esta muestra tienen algunas características importantes. Además de poderse contemplar obras de autores poco expuestos en los últimos tiempos como Jaime Burguillos, Pepe Soto, Gerardo Delgado o José Ramón Sierra, se exponen también obras del onubense residente en Italia, José Guevara, representante español en la Bienal de Arte de Venecia en los años cincuenta.
Jóvenes artistas como Alexandra Freymann, cuya obra compró la Fundación Cajasol en el pasado Arco, se sitúan junto a consagrados como Luis Gordillo, con un acrílico sobre cartón de los años 90, o Manuel Salinas, del que se expone un gran cuadro comprado por la Fundación hace dos años en la subasta de Arte y Gestión.
Junto a ellos, obras de José Piñar y una escultura de Emilio Parrilla, empotrada de forma atípica en una pared.
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