16 abril 2009

La Orquesta de Youtube



Actualizado Jueves, 16-04-09 a las 09:41
La gran gala era ayer en el Carnegie Hall de Nueva York: debutan mundialmente 96 músicos de 30 países, seleccionados entre 3.000 aspirantes a formar la primera ciberorquesta del mundo, la Orquesta de Youtube. Directores de las mejores orquestas del planeta redujeron la lista de precandidatos a 200, después de ver y oír muchos vídeos desde sus casas. Entre los 200 vídeos restantes eligieron los navegantes de Youtube. Empezaron a calentar motores tocando para la red y ahora consuman la aventura: una velada en el Carnegie Hall.
Entre los integrantes de la nueva orquesta hay tanto músicos consumados como aficionados, estos últimos con oficios tan variados como médicos, analistas de inversiones o incluso jugadores de póquer profesionales. Desde que la orquesta se formó, en enero pasado, dispone de un canal propio para su música con seguidores en 200 países.
Pero el esperado debut “de carne y hueso” siempre es otra cosa. Para la ocasión se ha preparado un programa con piezas de Gabriela, Bach, Mozart, Brahms e incluso John Cage. También hay una pieza compuesta ex profeso para la red, la Simfonía para Internet Nº Heroica, obra del chino Tan Dun, el compositor de la banda sonora de la oscarizada película “Tigre y Dragón”.
Una elección que no es casualSeguramente esta elección no es casual. “Tigre y Dragón” va entre otras cosas del maridaje a veces exótico entre lo tradicional y lo moderno, que a juicio de Tan Dun es también el motor de la Orquesta de Youtube. También se puede decir que a Dios lo que es de Dios y al César pues lo mismo: en una época de intensos debates sobre cómo Internet “daña” la música real, con sus infinitas posibilidades de piratería y de descargas, el portal Youtube, perteneciente a Google, hace este hermoso regalo a los melómanos. Una orquesta nacida en red que se “descarga” en el Carnegie Hall.
A partir de mañana jueves se espera que esté disponible el vídeo del concierto en Youtube. También alguna reseña crítica, que en Nueva York tienen fama de ser demoledoramente exactas: aquí no hay amiguetes ni conocidetes ni se le perdona la vida a nadie, o suena como los ángeles o se considera que suena a rayos. Por supuesto nadie espera que los neófitos de Youtube suenen como los veteranos del foso del Met a las órdenes de James Levine, pero bueno.
Pero independientemente de cual sea la acogida crítica final, el experimento ha valido la pena, y además ha abierto una novedosa vía para que músicos o aspirantes a serlo se abran paso hasta un auditorio tan prestigioso como el Carnegie Hall. Donde lo consagrado por la tradición y lo aupado por la modernidad se dan la mano, armoniosamente por una vez.

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