21 mayo 2009

Arte sin artistas


Tapat22, por amor al arte
Miércoles, 20-05-09 (ABC)
Los caminos de la inspiración son inescrutables. Un artista puede escuchar la llamada de las musas en los más inhóspitos lugares, desde puestas de sol a un profundo sueño... o en la mismísima (y fría) consulta de un dermatólogo. Éste último es el caso diagnosticado de Tapat22, un colectivo artístico que presume de no tener artistas entre sus miembros y cuyo objetivo es romper con el «yo» del artista, «que en su egoísmo obligatorio a lo más que llega es a permitirse una colectiva».
«Se trata de pasar del yo al nosotros», cuenta David del Cura, cabeza visible de Tapat22 y portavoz del colectivo. «Todo surgió hace dos años en la fría sala de espera de un dermatólogo. Empezamos a pensar cómo dar calidez y adornar las paredes e hicimos diseños en acrílico». Seis cabezas pensantes (bastante) poco relacionadas con el mundo del arte convencional y dispuestas a remover las encorsetadas conciencias de propios y galeristas. «Una de las críticas esenciales es que siempre que visitas una galería te miran como si fueses a robar, no es un lugar muy ameno y queremos romper con esa frialdad. Perseguimos acercar el arte, en nuestra particular manifestación, a quien no acostumbra a visitar galerías y, muy excepcionalmente, a algún museo», cuenta Del Cura.
Su manifestaciónPincelada a pixel, su particular manifestación ha ido abarcando cada vez más aspectos del mundo del arte: collage, cartelismo pop (tienen una exposición permanente en Amalgama, en Madrid), grafiti... Todo ello bajo el prisma de la colectividad, pues en cada obra hay siempre un par de manos. «Toda creación, o tiene varias manos o no será de Tapat22, ya sea en diseños, ejecución, intervención, idea , intercambio o negociación. Para cada proyecto se tira de la Red y se amplía el número de participantes. En «Urbanizaciones» (la exposición que durante todo el mes de mayo acoge el madrileño Café Rayuela), por ejemplo, hay siete arquitectos y tres fotógrafos que no pertenecen al núcleo original». Al fin y al cabo ni ellos mismos saben quién compone el núcleo original y dejan hacer al irresponsable talento de cada artista, germen inmaculado del arte improvisado y poco meditado, pero arte en estado puro.
Tapat22 trabaja fuera del mercado habitual por obligación y devoción, y tiene una misión «permanente», pero no imposible: « Llevar nuestros cuadros de pared en pared». Ya sean los muros de un bar (como es el caso de Rayuela), los de un restaurante y hasta los de tu propia casa, en una especie de «Live in the Living» artístico, ahora que el fenómeno empieza a triunfar a nivel musical. Para seguir la pista a sus obras, saber dónde están (quizá en tu salón, es cuestión de darse la vuelta) y hasta cuándo conviene darse una vuelta virtual por su blog: www.tapat22.blogspot.com

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