08 abril 2008

Consumir cultura a los 20

El reto generacional de las revistas culturales

Para una buena parte de la sociedad son invisibles. Si quieren sobrevivir necesitan adaptarse a las nuevas tecnologías y hacerse notar entre los públicos más jóvenes

Carmen Álvarez Madrid (ADN.es) | hace 13 horas | comenta | + 5 - 0 (5 votos)








Existen totalmente desapercibidas. No puede decirse que las revistas culturales españolas gocen de buena salud. Y no la tienen ahora, pero tampoco es que nunca han conseguido el eco que en otros países sí alcanzan.

Ejemplos como The New Yorker, cuya repercusión supera con creces las fronteras de la ciudad de los rascacielos, o la revista de literatura Lire, que edita en Francia 100.000 ejemplares mensuales, demuestran que este concepto de publicación no está reñido con llegar a un buen número de personas.

En España, sin embargo, la tirada media de estas revistas es de 9.000 ó 10.000 ejemplares. La mayoría se venden por suscripción. Unas cuantas llegan a las librerías. Y un número más que reducido, y sólo como excepciones, se cuela en los kioscos. No es raro, entonces, que las llamen "buques fantasma", el término que utiliza Raúl Carlos Maícas, director de la revista Turia.

Pero, por encima de las cifras y de sus tiradas de pura supervivencia, lo más preocupante es el perfil de los lectores. Según el último informe de ARCE (Asociación de Revistas Culturales de España), son hombres que rozan los cincuenta años. Los jóvenes, en cambio, brillan por su ausencia. María Trinidad García Leiva, investigadora de la Universidad Complutense y autora del estudio Las revistas culturales y su futuro digital, es directa en este punto: "Las revistas culturales tienen un reto intelectual y generacional que no están afrontando".

Editores adultos = público adulto

Como apunta Carolina del Olmo, directora de Minerva, editada por el Círculo de Bellas Artes-, " las revistas culturales reflejan los gustos de la generación que las crea". Buena parte de ellas nacieron hace ahora veinte o treinta años y quienes las hacen posible superan ampliamente los 35 años. Tiene sentido, por tanto, que no logren llamar la atención de los más jóvenes.

Aún así, hay excepciones. En la Casa del Libro guardan un espacio especial para cada lanzamiento de Mondo Brutto, que no es una revista cultural al uso pero sí ha generado un culto representativo jugando a la incorrección política desde el culto a lo pasado y un gamberrismo controlado de empollones de desván. Del Olmo también menciona el ejemplo de LaDinamo, que, además de la publicación en papel, muestra sus contenidos en la web y tiene un blog constante. Quizá ahí pueda estar la clave ya que, como destaca Manuel Ortuño, presidente de ARCE y director de Tramas y texturas, los retos de estas publicaciones pasan por la adaptación a las nuevas tecnologías; además de por conseguir la visibilidad de la que ahora carecen.

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"Debemos conseguir los canales y circuitos que las hagan más visibles". "Hace veinte años, los suplementos culturales reseñaban noticias sobre las revistas culturales, ahora han desaparecido", recuerda Maícas. Las librerías, al mismo tiempo, les reservan espacios muy pequeños en la mayoría de los casos.

Adaptarse o morir

El siguiente reto es el mencionado del "aprovechamiento de las nuevas tecnologías y los soportes digitales", tal y como destaca el presidente de ARCE. El informe de García Leiva también atiende a ese aspecto ya que "permite mejorar aspectos como la distribución y la difusión, a la vez que posibilita alcanzar más y distintos destinatarios".

"Lo normal -en este tipo de revistas- es que tengan una vida muy quebradiza y una salud económica frágil", reconoce el director de Turia. Aún así es llamativo que de 1998 a 2006 el número de revistas haya pasado de 450 a 250, según los datos recogidos por Las revistas culturales y su futuro digital.

Como defiende García Leiva, si quieren sobrevivir no basta con cruzarse de brazos. "La clave estará en atraer a los públicos más jóvenes, en explotar la diversidad de su oferta, que es de calidad, y en apelar a que eso se obtiene por un precio asequible".

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