07 julio 2008

Guantanamo Museum

El dilema de recordar (o no) el horror

La artista Alicia Framis inaugura en Barcelona la primera parte de su proyecto ‘Guantanamo Museum'

'House of Lies', por Alicia Framis.
CRISTINA DIAZ - Público.es 06/07/2008 20:43

El trabajo de Framis siempre parte de algún problema de la sociedad para el que hace propuestas de mejora o cambio". Así presentó la comisaria Montse Badia la obra de Alicia Framis (Barcelona, 1967), cuya nueva exposición Guantanamo Museum se acaba de inaugurar en el Centro de Arte Santa Mónica (Barcelona).

Y razón no le falta. A lo largo de su carrera, ha creado ropa anti-violencia de género (Anti-dog), ha lanzado propuestas para repensar las relaciones personales o la enfermedad en la actualidad (Dreamkeeper o Remix Buildings) y ha invitado a los trabajadores de varias empresas a "congelar" sus movimientos (la serie de performances Secret Strike), deteniendo así la actividad económica de grandes corporaciones, al menos, durante unos minutos.

La artista ahora afincada en Shanghai (donde además de su producción artística se ocupa de un espacio en el museo de arte contemporáneo), se fija, esta vez, en cuestiones controvertidas como la tortura y el horror del que es capaz el ser humano, así como la conservación de la memoria de esos espantos. La muestra especula sobre el futuro que debería tener la base americana en Cuba para fabular con la posibilidad de ‘museizarlo', una respuesta habitual de lidiar con este tipo de desgracias en nuestra época, tal y "como sucede en Auschwitz o la cárcel de Alcatraz", comentó la artista durante la presentación.

Mantra macabro

Con esta idea, Framis ha creado Guantanamo Museum: The List, una espectacular instalación que ocupa el claustro del centro. Está compuesta por 273 cascos de motocicleta -uno por cada uno de los presos- colocados sobre una tarima naranja (el color de los tristemente conocidos uniformes de los internos de Guantánamo), a los que se les ha seccionado la parte superior.
"Es un casco que no protege", nos cuenta la artista, sino que muestra la "desprotección ante los abusos", la indefensión de los que están encerrados en esa tierra de nadie consagrada a la tortura. De fondo, oímos los nombres de los presos, ordenados musicalmente en "una especie de mantra", en palabras de la creadora, con la firma del escritor Enrique Vila-Matas y recitados por el músico Blixa Bargeld.

Olvido o banalización

Las colaboraciones son uno de los sellos más distintivos del trabajo de la artista. En Guantanamo Museum: The Sketches, Framis muestra la conversión del espacio de la prisión militar en un museo, bajo el lema Things to Forget, de la mano de la arquitecta Damiana Fossetti. El resultado de los talleres realizados en escuelas de diseño y el centro de producción Can Xalant se incorporan en la exposición, mostrándonos la transformación en merchandising, llaveros con las coordenadas de localización de la base, reinterpretaciones de los uniformes o vídeos, de diferentes aspectos de la base.

Otras colaboraciones se irán sumando a este particular museo. El proyecto empezó en el marco de una exposición colectiva, titulada Extraordinary Rendition, que todavía se puede visitar en la Galería Helga de Alvear (Madrid), donde Framis compartió espacio con Santiago Sierra, James Casebere y Elmgreen & Dragset.

Guantanamo Museum: The Sketches se plantea como un discurso en evolución, al que se irán añadiendo nuevos matices en sucesivas exposiciones en los próximos dos años en Francia y Holanda. "Obviamente, deberíamos llevarla también a Estados Unidos y hemos contactado con varios centros, pero allí es aún un tema demasiado delicado", explica la artista.

El riesgo de que, a base de reconvertir en museos y destinos turísticos estos espacios, se acabe frivolizando o comercializando esos actos, planea sobre toda la exposición. Framis es consciente aunque evita posicionarse.
"Me gustaría evitar los discursos más cínicos", aunque algunas de las propuestas, fruto de los talleres en las escuelas de diseño, lo son y, sin juzgar, han sido incluidos en la exposición como una opción más.
Eso sí, la creadora parece estar más cercana a la idea de cuidar la memoria histórica "ante el riesgo de repetir los errores", pero también como una suerte de duelo colectivo ante el dolor.

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